Luego de haber terminado con su almuerzo, se levantó de la silla y con una sonrisa mientras nos dirigimos a la puerta nos dijo:

— Fue un placer haberte conocido, Mérida. Espero que disfrutes de este grandioso país y conozcas mucho sobre su cultura e historia.

— El placer fue todo mío, jamás pensé que esto ocurriría, pero ya veo que sí, solo era cuestión de tiempo.

— Así es, si haces las cosas con esfuerzo y dedicación, todo lo lograrás, solo hay que tener... Un poquito paciencia y perseverancia.

Los dos reímos por la expresión que hizo cuando mencionó la palabra paciencia para luego mirar a su prima.

— He... Jisoo, ahora tengo que volver a trabajar, pero si quieres puedes venir otro día, solo avísame y así hacemos que esta señorita conozca a los demás miembros del grupo. ¿Te parece? — dijo esto último mirándome fijamente a los ojos.

Le asentí nuevamente más relajada y tranquila, mis nervios estaban desapareciendo y eso me hizo sentir mejor.

— Bien, entonces tú me avisas cuando todos estén libres y mejor los invito a mi casa.

— Suena bien. Entonces, nos vemos después. — abrazó a Jisoo y me extendió su mano para despedirse. — Nuevamente, fue un placer conocerte, Mérida.

— El mío igual.
Luego de eso lo vimos desaparecer en el ascensor y nosotras salimos del lugar. Jisoo estaba hablando por el celular mientras que yo estaba por mi lado toda feliz y emocionada por lo que había sucedido. Aún no podía creer estuve teniendo una conversación con Kim Namjoon, el líder de la banda surcoreana más famosa de Corea del Sur.

En cuanto vi que ella terminó de hablar por el celular, la abracé.

— ¡Gracias, gracias, gracias! — repetía una y otra vez apretándome a ella con fuerza.

— ¡Hey! Tranquila, — dijo tratando de separarme de su cuerpo. — me estás dejando sin respiración, podrías dejar de...

— No sabes cuándo esperé por esto, — comenté interrumpiendo lo que decía. — de verdad muchas gracias.
Me separé de ella luego de escucharla oír: ¡no hay porqué!

— Sabía que te gustaba mucho BTS, era lo mínimo que podía hacer por una fan como tú. Además, somos amigas, no tienes porqué agradecer, estamos para ayudarnos.

Las dos regresamos a la casa, estando allí nos pusimos a hacer un montón de actividades divertidas para entretenernos, jugamos, cantamos, bailamos, vimos películas de comedia y comimos un montón de cosas.
Se estaba haciendo tarde, eran las ocho cuarenta y cinco de la noche, Jisoo estaba terminando unos trabajos que debía entregar al día siguiente, le ofrecí mi ayuda, pero dijo que no era necesario ya que solo eran unas cuantas hojas. Yo por mi parte estaba en mi habitación repasando algunas de las lesiones que ella me había dejado, necesitaba echarle ganas al idioma, quería comunicarme con facilidad con cualquier persona, poder entender mejor y conversar sin necesidad de usar solo el inglés.

Días pasaron, estaba mejorando con cada día que pasaba, practicaba todo el tiempo, ensayaba durante tres y cuatro horas seguidas siempre. Jisoo decía que no había necesidad de excederme con las clases ya que era buena aprendiendo las cosas, pero sabe lo terca que soy y dejó de insistir luego de dos días.

Un día, estoy sentada en uno de los muebles de la sala cuando de pronto llega Jisoo. Había salido del trabajo, pero se veía feliz, ¿acaso sucedió algo?

— ¡Hola, hola! — dice toda emocionada luego de cerrar la puerta detrás de ella.

— Wow! ¿Por qué tan contenta, sucedió algo?
Se acercó y se sentó a mi lado tirando su bolso a otro lado del mueble. — Adivina ¿qué?

Melodías del corazón || PJM Where stories live. Discover now