EXTRA 5

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—¿Adoptar?

Fueron las primeras palabras que salieron de un atónito Kakashi, quien había despegado su vista de diversos pergaminos que estaban regados por la sala del departamento.

—Eso dije, sí.- confirmo Iruka jugando con pequeños mechones castaños que caían por su rostro.

Y Kakashi no entendía en qué momento de su conversación trivial con el menor pasaron ha hablar algo tan serio como el adoptar a un niño.

Empezaron hablando sobre temas como las nuevas medidas implantadas en Konoha y los futuros exámenes chunnins o la nueva reforma educativa que se implantaría a partir del siguiente año en las escuelas en la Aldea. El peliblanco contestaba de manera vaga y dando pequeños punto de vista  sobre ello, dándole más importancia a los papeles que revisaba sobre el beneficio a su Aldea. Sin embargo, escuchar de un momento a otro la propuesta de adopción de su pareja, lo dejó sin palabras.

Iruka, por su parte, se quedó observando como pasaban miles de dudas por la cabeza de Kakashi, por lo que solo apoyó su codo en la mesilla y recostó su cabeza en la palma de su mano. Mordió un poco de su lado inferior pues el otro no mencionó nada aparte de reafirmar su pregunta y ello lo ponía nervioso en cierta manera. Sin pensarlo, volvió hablar.

—Tampoco te estoy diciendo que adoptemos ahorita mismo, incluso ni en unos días. Pero...con lo que acaba de ocurrir hace nada en Suna, no puedo hacer como si no pasara nada.

Y ahí estaba el corazón tan amable y lindo de su amado Iruka. Realmente le llegaba a conmover lo sensible que podía ser el castaño y, en muchas ocasiones, lo cariñoso que era cuando se lo proponía.

—Ya veo. - se limitó a decir, esperando a que Iruka terminara de expresar sus ideas.

—Es decir, no puedo hacerme la vista gorda cuando ví a tantos niños preocupados sobre qué iba a pasarles después de lo sucedido en su orfanato*. Simplemente no puedo quitarme sus rostros de angustia que no deberían tener niños de tan temprana edad, fue horrible.

—Si te afectaba tanto, pudiste decirme antes de enviarte a Suna conmigo, Iruka.- dijo con pesadez Kakashi, pues no le gustaba que su pareja tenga remordimiento de algo que no está en sus manos resolver y mucho menos fue el causante de ello. A veces quisiera que Iruka fuera menos sentimental, así no tendría que sentir culpa de algo que no está en su alcance.

—Ese no es el punto, Kakashi.- negó la cabeza el contrario, emitiendo un sonido de disconformidad.- Aquí el punto es que esos niños están ahora en la deriva, en diferentes hogares que no son un establecimiento fijo. Además de casi pubertos repartidos en las diferentes casas de hogar en las distintas Aldeas que se han pronunciado a ayudar en ese problema.

—Esa ayuda es lo máximo que podemos ofrecer por ahora, cielo. Ahora que Gaara está mejor y reorganizando su aldea poco a poco, es cuestión de tiempo para que vuelva a construir un edificio para esos niños.

—Sí, supongo que sí...-con un rostro un poco decepcionado, Iruka asintió a lo dicho por él y sin más siguió escribiendo en su pequeña libreta lo que estaba haciendo anteriormente.

El peliblanco no pudo pasar desapercibido la clara tristeza que cargaba en su voz Iruka, aún aunque quisiera, sabe que ese pensamiento de Iruka, sobre adoptar, no se lo iba a quitar de un momento a otro. El castaño no decía las cosas porque sí, mayormente lo piensa mucho antes de soltar una palabra o comentario, más si se trata de una decisión como ella.

—Si no fuera por este incidente, ¿tú hubieras pensando en lo de adoptar?.- preguntó Kakashi con incertidumbre y muy atento a cualquier respuesta que fuera a soltar el castaño.

CELOS CALLADOS/ KAKAIRUDonde viven las historias. Descúbrelo ahora