La tarde del 2 de octubre de 1968, Taehyung se encontraba refugiado debajo de su cama en su habitación, tratando de no sentir miedo.
Miedo a todo lo horrible que estaba pasando afuera.
Jeon Jeongguk, un joven universitario que se encontraba protest...
Jeongguk se encontraba sentado en el sofá, mientras veía por quinceava vez la repetición de una de sus películas favoritas interpretadas por Pedro Infante, "Los tres Huastecos", realmente le fascinaba, y según él lo creía, esa película jamás le aburriría. Mientras tanto, su madre lo cuestionaba respecto a una supuesta protesta que se haría en unos días, y hablaba sobre las protestas que se habían estado haciendo durante los últimos meses.
— El día 2 de octubre se hará una protesta, mamá. —Dijo Jeongguk, entusiasmado con el hecho de que probablemente iría a ella.–
— Lo sé, sigue sin agradarme la idea de que vayas, ¡Puede pasarte algo, Jeon! –suspiró– Sé que es para exigir sus derechos, pero, ¿En serio quieres ir? –Dijo su madre mirándolo–
–Jeongguk se quedó mirando a su madre, suspiró y se dispuso a hablar– Mamá –respiró profundo– El gobierno no nos apoya como humanos, mucho menos como estudiantes. Tenemos muchas dificultades, queremos mas recursos, mejor educación, por eso protestamos. –Dijo con una pequeña sonrisa en su rostro.–
— Lo sé hijo, lo sé... solo quiero que estés bien. –suspiró, acercándose a su hijo, sentándose a un costado de él.–
Se quedaron en silencio unos momentos, su madre abrazándolo y él recostado en su hombro.
— Cuando termine la universidad me graduaré y haré algo tan chingón como el Estadio Olímpico. –Exclamó el pelinegro, con una enorme sonrisa en su rostro.–
— Ay hijo! –Le dió palmadas en su espalda, mientras reía.– Nunca dejes de soñar mijo, vas a tener un gran futuro. – Exclamó.
— Trendré un gran futuro, tengo tantas ganas de construir cosas chingonas, trabajaré y tendré una familia, quiero encontrar al amor de mi vida y pasar el resto de mis días con el.
– Su madre rió tiernamente al escuchar los planes de vida de su hijo, era tan idéntico a su padre.–
— Tu papá estaría muy orgulloso de ti, mi vida. –Dijo su madre, abrazándolo cálidamente, para así poder continuar viendo la película de Pedro Infante que tanto les gustaba a ambos.–
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Eran las 6:53 p.m., se aproximaban los Juegos Olímpicos en el país, era de lo único que se hablaba en los últimos días, a todo el país le entusiasmaba y Taehyung no era la excepción. Era algo muy esperado por todos los mexicanos, estaban seguros de que sería un acontecimiento recordado con orgullo en el futuro.
