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Daehyun estaba de cumpleaños el penúltimo día del año. Era domingo, pero le había tocado ir al hospital por un chequeo general. Contrario a lo normal, Eunjin fue a buscarlo. Dae se desconcertó al subirse al auto y no encontrar a su novio por ninguna parte.

—¿Y Sungguk?

—Está ocupado en la comisaría.

La desilusión fue grande. El chico sacó el celular de su abrigo oscuro y volvió a comprobar la pantalla.

30 de diciembre

Hoy es tu cumpleaños

¡Felicidades!

Felicidades. ¿Por qué Dae no se sentía así?

Intentó no darle importancia a pesar de que tenía un enorme nudo en la garganta. Pero entre más intentó, más recordó sus cumpleaños anteriores donde su abuela pasaba gran parte del día cocinándole un pastel, para después despertarlo puntualmente a la medianoche con una rebanada y un regalo. Intentó olvidar ese recuerdo, pero cada cierto rato venía su abuela a la mente deseándole un feliz cumpleaños en lengua de señas. También recordó su cumpleaños anterior cuando fue despertado por Sungguk y Minki, quien se había colado en la casa en la madrugada.

Intentó alejar su tristeza. Y fracasó.

Jugó con sus manos aguantando las ganas de llorar. Pero también fracasó en eso.

Comenzó a llorar cubriéndose la boca con la palma. Eunjin no lo notó hasta que se detuvieron en un semáforo y volteó a mirarlo. Su sonrisa se esfumó de golpe.

—¿Dae...?

Se descubrió el rostro para afirmarse el vientre con ambos brazos.

—Sungguk olvidó mi cumpleaños, ¿cierto?

—No llores, Dae... Sungguk... no sé, ha estado ocupado. Es fin de año y hay mucho trabajo.

Dae asintió con tristeza y se secó las lágrimas con las muñecas. Eunjin le entregó un pañuelo desechable y le tocó la cabeza al igual que lo hacía con Mantequilla.

—Sungguk nunca olvidó algo mío —susurró.

Eunjin también puso expresión triste y aceleró con brusquedad al escuchar que alguien tocaba la bocina, ya que el semáforo había cambiado de color y ellos seguía sin moverse.

—Dae, no es algo contigo —explicó con torpeza—. Como te dije, es una época complicada. Lo creas o no, mucha gente se suicida por estas fechas y... sí, creo que no debí decirte eso. Solo... no llores, Sungguk te quiere muchísimo.

Al estacionar afuera de casa, Dae continuaba secándose las lágrimas. Una vez más, intentó convencerse de que solo era un cumpleaños, de que Sungguk siempre recordaba todo lo que decía y de que no era para tanto. Todos se equivocaban. Además, podrían celebrarlo al otro día, o al año siguiente, no era para tanto.

Se bajó del coche cabizbajo y pensativo, por lo que no notó que una cortina se había movido, tampoco alcanzó a escuchar el escándalo dentro de la casa ni los ladridos de Roko. Eunjin lo apuró por el camino y lo hizo ingresar primero.

El grito de muchas voces resonó tan fuerte que su audífono hizo interferencia, produciendo un pitido terrible que lo hizo inclinarse hacia un costado. Se quitó el aparato a la vez que veía a todos saltar y chillar cosas que Daehyun no captó.

Desorientado, notó que Sungguk tenía un gorro y unas guirnaldas moradas en el cuello y que Minki y Jaebyu se habían golpeado al salir a la misma vez detrás de un sillón. Incluso estaban sus compañeras de la escuela de arte, esas que lo habían ayudado con Osito. Se volvió a colocar el audífono y volvieron los sonidos de voces alegres que se entremezclaban.

Still with you/me (Novela)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora