𝟮. 𝗟𝗔𝗠𝗘𝗡𝗧𝗢

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Natsu




Adelante, búrlense.

Pueden recriminarme:

"Te lo mereces por hacer llorar a Lucy"

Desde que soy niño amo los video juegos, la adrenalina era increíble, pero sobre todo cuando me equivocaba podía repetir la partida hasta superar el nivel, pero mi vida no era como un video juego, era imposible repetir la partida de hace dos años, y ahora estoy aquí, abatido bajo la maldita lluvia.

Tal vez debería dar la vuelta, regresar al departamento de Lucy para pedirle perdón, evitar que salga con Rogue y arreglar mis asuntos con Lisanna ¿Podría hacerlo?

Después de todo hace dos años solo acepté salir con ella porque estaba confundido, no podía negarme ante Lisanna, y mucho menos tuve el valor de confesarle a Lucy que yo había aceptado salir con Lisanna. Fue desgarrador ver su rostro decepcionado, no había aun entendido por qué yo también percibí que mi pecho se oprimía.

Podría intentar regresar a explicarle, tuve el tonto impulso de girar, pero no era justo. Debía ser feliz por Lucy, sé que lloró por mi culpa, nunca me podre perdonar.

Soy un completo idiota por darme cuenta muy tarde que amo a Lucy Heartfilia.



Llegue a casa muy tarde, la lluvia había cesado para mi fortuna. En cuanto escuche risas libere un suspiro, como siempre Gajeel estaba sentado en el sillón riendo al lado de mi primo Jellal.

—Buenas Salamander ¿Dónde tan tarde? —maldije por lo bajo, no estaba de ánimos para responder.

—¿Paso algo Natsu?

«Si, Jellal pasa mucho, tengo una novia a la que veo como una hermana, y estoy perdidamente enamorado de mi mejor amiga, la misma qué me confesó su amor hace dos años, a la que rechacé como un completo tarado. Y cuando quiero por fin hablar resulta que el idiota amigo de su primo la estuvo conquistando y ahora tienen una cita»

—Todo esta muy bien ¿no ves lo feliz que estoy? —mis labios temblaron al simular una sonrisa. Era evidente que no podía decirle todo eso.

—Que miedo —susurró alzando sus hombros—. No sonrías de esa manera.

—¿Feliz? —carcajeó, Gajeel girando su cabeza hacia nosotros—. Esa cara de idiota, estas de mal humor.

«Que perceptivo eres Gajeel», en lugar de responder, lancé mi bolso sobre uno de los sillones.

—¿Y Levy? —pregunté, Jellal se sentó al lado de Gajeel moviendo su cabeza en dirección a la cocina.

—Con Wendy, cocinando —respondió sujetando su celular. Pude distinguir en la mirada burlona de Gajeel que preguntaría sobre mi estado de humor nuevamente, antes de eso, me alcé lanzándole una advertencia. Y opte por irme a la cocina con mi hermana y prima.

—Nastu-nii qué bueno qué llegaste —me saludo sonriente, Wendy. Su cabello largo estaba atado para realizar su tarea.

—¿Cómo han estado? —Levy alzó su mirada para observarme atentamente. Luego siguió con su tarea de cortar las cebollas.

—¡Hoy en el colegio con mi equipo ganamos el partido de vóley! —exclamó mi hermana, me acerqué a la mesa para sujetar una zanahoria y cortarla.

𝐍𝐮𝐧𝐜𝐚 𝐞𝐬 𝐭𝐚𝐫𝐝𝐞Where stories live. Discover now