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Capítulo diesiocho "El amargo final".

Domingo 20/05/12, 05:18 AM.

Acababa de terminar de comprar todo lo que necesitaría para su venganza. Sabía perfectamente que la policía estaba detrás de su rastro. Por ese motivo robó un auto que encontró de camino, para que así nadie lo reconociera, al menos por un rato, así podría ganar tiempo para realizar su venganza y luego huir, o suicidarse si no tenía oportunidad de huir.

Su rostro y el de Taeyong estaban en televisión, en los diarios y toda Internet. Toda la fuerza policial del país estaba detrás de él en este preciso momento.

Pero aún así a su mente no podía importarle menos eso, sólo era capaz de recordar una y otra vez el momento en el que dejó que Taeyong se soltara de su agarre y cayera al vacío. Se odiaba por no haberlo sostenido con más fuerza. O tal vez, por no haber evitado que todo eso pasara.
Pero lo intentó. En su conciencia estaba claro que él lo intentó. Intentó que todo eso no pasara, pero estaba destinado a ser así. Desde que nació estuvo destinado a ser el villano de la historia y lamentablemente eso incluyó ser el villano para Taeyong también.

Apenas llegó a su antiguo vecindario se dió cuenta de que la casa de Jungwoo ya estaba reducida a cenizas. Alguien se le había adelantado.

La calle estaba vacía, así que se bajó del auto y revisó todo el lugar, pero, tal y como lo había pensado, no habían pistas ni rastros de que Jungwoo hubiera muerto ahí. Él sabía que Kim no moriría tan fácil. Por eso debía asegurarse de matarlo él mismo.
Pero, no tenía ni la menor idea de dónde podía estarse escondiendo, o de quién lo ayudaba. Porque era obvio que no había hecho todo eso solo. Alguien lo apoyaba muy de cerca y debía descubrir quién era para acabar con él también.

Tomó su celular y marcó el número de Jungwoo, supuso que quizás no respondería. Pero para su sorpresa, lo hizo inmediatamente, como si lo hubiera estado esperando.

—Jung Jaehyun, ¿Qué diablos quieres? —La voz sonaba diferente a la de Jungwoo. Definitivamente ese no era él. Debía ser la persona que lo había estado ayudando.

—¿Quién eres? ¿Dónde está Kim? —Preguntó molesto, jugando con el encendedor. Los tanques de gasolina en la cajuela del auto casi le gritaban que los sacara de ahí y ya comenzaba a perder la poca paciencia que tenía, ya quería ver la cara de Jungwoo al ser devorado por las llamas.

—¿De verdad no recuerdas mi voz, querido hermanito? —Doyoung rió y cortó la llamada.

—¿Qué? —Respondió Jaehyun, instintivamente, su ceño se frunció por la confusión.

Jaehyun quedó atónito, no era posible que eso estuviera sucediendo. Eso definitivamente no podía estar pasando. Esa voz no podía ser la de Doyoung. Su hermano estaba enterrado bajo tierra, ¿no?
Doyoung había muerto hace cinco años, no había manera de que él fuera quien contestó la llamada.

Una risa se escapó de su boca al recordar la voz de aquella persona que dijo ser Doyoung, su mente le estaba jugando una muy mala pasada porque era imposible que ese alguien fuera Doyoung.

—Esta broma no es chistosa. Quiero hablar con Kim Jungwoo. Ahora mismo. —Pidió gritando, pero la llamada ya había sido cortada.

Sacó con fuerza los tanques de gasolina del maletero del auto y comenzó a mirar al rededor, Jungwo no debía estar lejos, estaba casi seguro.

—Aquí estoy. Jung Jaehyun. —Exclamó Jungwoo apareciendo detrás de él.

Jaehyun se giró y vio a Jungwoo caminar lentamente hacía él desde la calle de al frente.
Su paciencia no toleró la lentitud de sus pasos, así que rápidamente se apresuró a acercarse a Jungwoo, y comenzó a gritarle en medio de la calle. Era una suerte que fuera demasiado temprano como para que hubiera alguien más en las calles.

Murderer [JaeYong, DoWoo] Where stories live. Discover now