OHEV

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Los Beifong, pensar que viví tanto tiempo en su hogar y nunca me dí cuenta de la maravilla de persona de la que me estaba perdiendo, pero no puedo culparme del todo, quiero decir, ellos la mantuvieron oculta por mucho tiempo.

No hubiese podido conocerla si no fuera porque decidí escapar a conocer el mundo, creo que esa fue la mejor decisión que hice en mi vida.

Quien diría que estuve tan cerca de ella tantas veces y nunca me dí cuenta, ahora sólo... Puedo observar desde lejos.

Afortunadamente pudimos conocernos en un momento especial, desde entonces mi corazón no ha dejado de rogar por su compañía, sin embargo, tengo un desafortunado impedimento; el héroe de la nación del fuego, el favorito de los ciudadanos de Ciudad República, y/n el señor de la flama.  

Es él quien me ha arrebatado el amor de la persona que mas amo en este mundo, gracias a él he sido miserable durante todo este tiempo, teniendo que conformarme con mirar todo. Porque siempre he estado allí, cuando casi murió, cuando invadieron la nación del fuego, cuando perdieron, cuando ganaron, cuando se fueron, cuando hicieron su hogar... Cuando se casaron... 

He estado tan cerca tantas veces, he tenido la oportunidad tantas veces... Cuando lo veo a él, sólo observo todo lo que ella y yo pudimos haber sido y que gracias a ese bastardo nunca pude lograr.

Sin embargo si no fuera por todo ese tiempo que me otorgó, no me hubiese convertido en lo que soy ahora, no hubiese podido conseguir el poder que tengo para recuperar lo que se me fue arrebatado.

Ohev estaba practicando unos movimientos de tierra control con una columna de piedra.

Gracias a él conseguí la fuerza para obtener lo que necesitaba...

Ohev dejó de practicar, se puso una capa encima y empezó a caminar hacia Ciudad República.

Como desearía de verdad que las cosas hubiesen sido diferentes... Y no verme obligado a caer dentro de lo que estoy ahora.

Ohev llegó a Ciudad República, ahora se encontraba caminando entre callejones, de pronto, se detuvo frente a un lugar, con una bolsa llena de dinero en una mano.

Pero a veces, uno necesita usar la fuerza para hacerle ver a los demás la realidad...

Ohev abrió la puerta del lugar y lanzó la bolsa de monedas, dentro había un grupo de maestros que no tenía buena pinta.

Ohev: Caballeros, tengo un trabajo para ustedes.

- ¿Qué tan grande?

Ohev lanzó otra bolsa de monedas.

Ohev: Así de grande.

Todos los maestros dentro de la habitación sonrieron.


[Continuará...]

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Un capitulo corto para prepararlos para lo que viene...

Amor a Ciegas [Toph Beifong x Male Reader]Where stories live. Discover now