Rivales (WandaNat)

"Descuiden, no me importa"

Septiembre

Un largo verano, sesenta y dos días en la cuales se había divertido con sus amigas, y cómo no, Natasha Romanoff había irrumpido en sus pensamientos cada vez que podía (ósea, casi todo el tiempo).

Wanda había planeado olvidarla, pero, ¿cómo hacerlo? Solo podía pensar en su beso, la atormentaba todos los días y en las noches soñaba con él. Sus labios, su sabor, su tacto, todo seguía en su memoria y lo añoraba aún más, pero sus amigas siempre le recordaban que Natasha tenía novio y que, en todo caso, estaba jugando con ella.

Wanda sabía qué tenían razón, pero, la forma en que Natasha la había besado, era diferente. Igual le alegraba que ahora su amiga Kate no pudiese reñirla, ya que ella también estaba colada por la capitana del grupo de las plástico,Yelena.

Cuando alguna de las dos caía en depresión siempre se consolaban entre ellas. Kate durante el verano lloró varias veces y pasó la noche en casa de Wanda, las dos juntas mirando películas románticas y comiendo helado mientras se abrazaban. Wanda amaba a Kate y Kate a ella, sufrir de amor por unas idiotas había fortalecido aún más su amistad. 

Carols lamentaba el momento en que sus tres amigas cayeron rendidas por unos idiotas, Gamora no podía parar de hablar de Quills tampoco. Estaban en el carro de Peter, hablando tranquilamente, y listas para su primer día de clases. Kate estaba nerviosa, pero tenía en claro que iba a ignorar rotundamente a Yelena.

-Te apuesto que al final del día, está hablando con ella-le dijo Gamora a Carols y las dos apostaron.

-Pues perderán, no le voy a hablar. Está decidido, la superaré a como dé lugar-dijo Kate muy decidida desde el asiento trasero, junto a Wanda, Gamora estaba de copiloto con su hermano.

-Descuida, chica. Cuando tú superes a la Rusa, será el mismo día que Wanda deje de babear por Romanoff-dijo alegremente Peter, causando las risas de su hermana y Carols, las otras dos no estaban muy felices.

Wanda bufó, frustrada. Ella también tenía su lucha interna, ya que después de dos meses del beso compartido con Natasha, la iba a volver a ver. No estaba segura de si la Pelirroja actuaría como si nunca hubiese ocurrido o se vengaría de ella, haciéndole la vida imposible. Llegaron hasta el estacionamiento y se bajaron del coche. Kate dio un portazo, aún furiosa, mientras sus amigas se reían de su reacción.

-Vamos, Kate. No te enojes-le decía Carols colgándose de su cuello y Kate la ignoró.

-Wanda, ¿vamos entrando? -preguntó a su amiga con una cálida sonrisa, ignorando por completo a Carols, quien chillaba.

-Claro-respondió Wanda y los cinco comenzaron a caminar hasta la puerta.

Ahora, Wanda tenía dieciséis años y estaba lista para superar este año escolar, pero para lo que aún no estaba preparada, era para Natasha. Y allí estaban.

-Mierda-murmuró antes de detenerse a unos pasos de la entrada, Gamora siguió sus ojos y también la vio.

-Tendrás que pasar a su lado todos modos-le dijo en un susurro mientras los cinco veían a la pelirroja.

Junto a los mesones de piedra estaba el grupo de Natasha, allí estaba ella, hablando con una amiga y se veía increíble. Su cabello suelto y largo con algunos mechones oscuros y un lazo adornándolo, la piel un poco más clara, unos jeans de mezclilla y una camisa gris manga larga que dejaba ver su abdomen. Natasha sonreía alegremente y la cabeza de Wanda estuvo a segundos de sufrir un cortocircuito. Estaba hermosa y Wanda sentía las piernas temblarle, la pelirroja hablaba con una amiga sentada en la mesa y parecía no haberla visto aún.

-Cierra la boca, que estas babeando-se burló Carols mientras Gamora y Peter se reían.

-Cállense-les dijo, molesta, viendo cómo Kate buscaba a alguien en el grupo, fue hasta dónde ella y la tomó del brazo-. No la busques, Kate. Es mejor evitarla.