DE REGRESO AL PASADO

CAPITULO 19

Thomas no podía creer todo lo que Samantha tuvo que soportar, él sabía que ella no se merecía nada de eso. Pensaba como era increíble que ese desgraciado los había destruido a todos de la peor manera. El chico veía como Roberta se calma poco a poco, pero no podía abrazarla no podía consolarla porque sentía que si en algo Ángel tenía la razón, era en que la culpa era solo de él, por haberla dejado ir a aquella fiesta.

- ¿Nos vamos?- fue lo único que logró decir luego de ver que Roberta se calmara.

- ¿Estás bien?- preguntó la pelirroja mirándolo, pero Thomas no pudo responder a eso.

- Solo vámonos ya, si- respondió.

- De acuerdo- dijo Roberta soltando un suspiro.

- ¿Vas a estar bien?- preguntó el chico mirando a Aranza.

- Yo sí, ¿Y tú?- preguntó ella de vuelta con preocupación.

- Me enteré del infierno que vivió mi hermana, y por mi culpa así que es imposible estar bien ¿No creen?- expresó con voz entre cortada mirando a las chicas.

- ¡No!, tú no tienes la culpa de nada- enfatiza Aranza con sus manos en el rostro del chico clavando su mirada en la de él.

- Si yo no la hubiese dejado ir ella....

- No te tortures más si, tú no tienes la culpa, el único culpable es ese imbécil- dice Aranza de nuevo, para luego darle un beso corto. Te amo Thomas- confiesa.

- También te amo- respondió- vámonos- dijo mirando a Roberta.

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El camino a la casa estaba rodeado en un silencio incomodo, ninguno se atrevía a decir nada porque aunque no lo admitían sabían lo mal que los había dejado Ángel a cada uno, antes de llegar Thomas rompió el silencio.

- Trata de que nuestros padres no noten que estas mal- dijo dando una rápida mirada a la pelirroja.

- Te digo lo mismo- respondió cabizbaja.

- Lo sé- respondió el chico con una sonrisa de lado.

- Llegamos- aviso la pelirroja al entrar.

- Era hora, me tenían preocupada- habló la madre saliendo de la cocina.

- No seas exagerada, solo se nos pasó la hora, estábamos en casa de Aranza- explica el chico para calmarla.

- Bueno ya están aquí, la cena está casi lista así que ve a guarda tus cosas y baja- pidió la mujer a Thomas.

-Cenen ustedes no tengo hambre- dijo Thomas comenzando a subir las escaleras.

- ¿Estás bien hijo?- Preguntó la madre inquieta.

- Si, solo no tengo hambre le respondió con una sonrisa para tranquilizarla.

El chico entró a su habitación, pasando el seguro para que no lo molestaran, dejó las cosas sobre la mesa, y se acostó en la cama a asimilar todo, siguió sin poder aceptar y entender todo lo que Samantha había pasado, de cómo no pudo recordar lo peligroso que era Ángel y así evitar el sufrimiento de su hermana.

- Todo lo contrario, la mande a la boca del lobo, la descuide y la perdí... la perdimos- susurró con lágrimas en los ojos.

No pudo aguanta más y del dolor y la rabia que sentía explotó, reviviendo los ataques de ira, que desarrollo en el pasado, gracias a la depresión, impotencia y rabia que sentía por todo lo sucedido. Esas crisis habían sido superadas hasta esa tarde, donde Ángel los había hecho revivir todo ese tortuoso acontecimiento.