DE REGRESO AL PASADO

CAPITULO 14

Los minutos pasaban y la castaña, no dejaba de mirar con rabia al profesor mientras este daba la clase. No podía entender que si bien con los demás profesores no era grosera siempre se las ingeniaba para responderles y nunca quedar como una tonta, cosa que con Castelo no había hecho y eso la enfurecía.

- Tú sin palabras, eso si es que es una gran novedad- habló Roberta.

- Es nuevo, no quise ser tan cruel en su primer día- respondió la castaña- además... Me agarró por sorpresa- confesó.

- Esa te la creo más- enfatizo Roberta con una risita.

- Pero de que me las cobro, me las cobro- aseguró Alexandra.

- De acuerdo...- Roberta iba a responder pero fue interrumpida por el profesor.

- Bien, ya que no están muy interesadas en la clase, no les importaría si me incluyen a su conversación- expresó el profesor mirando a las chicas.

- Créame no es de su interés- respondió la castaña con la mirada fija en el hombre- puede continuar con la clase que eso si es lo suyo- sentenció con una sonrisa.

- Bien- fue la respuesta de Castelo luego de respirar profundo.

Los minutos pasaban y mientras el salón estaba en silencio realizando unos ejercicios de matemáticas. Para la castaña era inevitable sentir la mirada fija del profesor en ella, cosa que más que incomodarla la intimidaba.

- No te quita los ojos de encima- confiesa Roberta con burla.

- Créeme que me he podido dar cuenta- respondió Alexandra de forma obvia.

El tiempo seguía pasando y la castaña ya inquieta por la mirada del hombre decidió levantar el rostro y fijar sus ojos en los del hombre para retarlo y tratar de intimidarlo y hacerlo que dejara de mirarla.

Cuando levantó su vista de forma retadora y la fijo en la del profesor, la respuesta de este fue, mostrar una sonrisa y guiñarle un ojo. Esto hizo que Alexandra se sorprendiera y al mismo tiempo se sonrojara y por supuesto bajara de inmediato la mirada.

- La chica intimidante, resultó intimidada- susurro Roberta mientras reprimía su risa.

- ¡Cállate!- exclamó la castaña entre dientes mirando a su hermana.

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Las semanas pasaban y las horas de matemáticas para Alexandra siempre eran las mismas, inquietas, nerviosas e intimidantes. Todo gracias a las indirectas, como a las miradas y guiños que el profesor le hacía cada vez que podía.

- No entraré a clases- dijo la castaña mientras se sentaba en el sofá de la sala de estar.

- ¿Huyendo del profesor?- le respondió Roberta cruzada de brazos y con una ceja levantada.

- No estoy huyendo- enfatizó Alexandra mirándola mal- simplemente no lo soporto- aseguró.

- ¿Por qué va a huir de profesor? ¿De qué profesor?- preguntó Thomas al no entender nada.

- Es que no les hemos contado- dice Roberta mirando al hermano y a Aranza.

- No hay nada que contar- dice la castaña rápidamente.

- ¿Cómo qué no?- expresa la pelirroja con una sonrisa.

- No- reitera la castaña.

- Les cuento- dice Roberta ignorando a la hermana- El profesor de matemáticas hace lo siguiente, la molesta, le dice indirectas, y siempre que puede le sonríe y le hace guiños- cuenta la pelirroja- y ¿Eso se resume a?- pregunta mirando a Thomas y Aranza.