DE REGRESO AL PASADO

CAPITULO 5

Luego de unos segundos de un silencio tenso donde ambos chicos tenían sus miradas uno en el otro una sonrisa de Ángel y un suspiro de arrogancia lo interrumpe.

- Si, ese soy yo- dice el chico en respuesta al nombre que había dicho la pelirroja.

- ¿Qué haces aquí?- preguntó Roberta totalmente asustada

- Vine a ver a la chica que me vuelve loco- Ángel responde totalmente relajado mientras se acerca a la chica.

- ¡Aléjate de mí!- exclamó la pelirroja llena de pánico y con sus ojos llenos de lágrimas.

- ¡Cálmate!- espetó en tono duro tomándola de los hombros- sabes que odio que me griten- dijo más calmado.

- Déjame en paz, vete- suplicó la chica.

- Crees que luego de todo este tiempo buscándote, ¿Me iré tan fácil?- preguntó Ángel en tono de burla- No, te lo dije tiempo atrás nunca podrás alejarte de mí, cuando lo intentes habrá consecuencias y eso lo sabes muy bien- enfatizó mientras le acariciaba la mejilla.

- Solo vete- volvió a pedir la pelirroja con voz entre cortada.

- No insistas, lograron desaparecer un tiempo, pero nada es imposible para Ángel Uzcategui y lo sabes, porque aquí me tienes. ¡Te encontré!- expresó con suficiencia- lo que decido que será mío lo será hasta que decida lo contrario, y decidí que serias mía desde que te vi por primera vez- sentenció.

Luego de hablar se fue acercando poco a poco a la pelirroja, dándole un beso en su mejilla, muy cerca de los labios. Roberta estaba totalmente paralizada con la cara bañada en lágrimas.

- Pasaremos una hermosa mañana- le aseguró a la chica al oído, mientras sus manos acariciaba el cuerpo.

Fue bajando sus besos al cuello mientras desabrochaba poco a poco la blusa de pijama que tenía puesta. Roberta estaba petrificada, no podía ni lograba reaccionar. Estaba empezado a quedar totalmente desnuda, mientras el chico la acercaba al sofá de la sala, f cuando la pelirroja sintió su espalda en el, fue entonces cuando entendió que nada iba a detenerlo, estaba segura de lo que iba a suceder.
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Mientras Roberta pasaba de nuevo por aquella situación, sus hermanos se encontraban en el patio del colegio preocupados por cómo habían dejado a Roberta, sin imaginarse por lo que a chica estaba pasando justo en la sala de su casa.

- Odio verla así, no se merece esto Alexandra- expresó Thomas furioso

- Lo sé, Thomas, sé que no se lo merece. Ninguno de nosotros lo merece, en realidad- dijo Alexandra con un nudo en la garganta

- Vamos ya, antes de que se nos haga tarde para la siguiente clase- dijo el chico terminando la conversación.

Thomas entró al salón de su hermana, debido a que no tenía su siguiente clase, y siempre que estaba libre lo hacía para no quedar solo vagando por todo el edificio educativo.
La clase transcurría tranquilamente, hasta que el profesor de historia habló.

Señorita Alexandra, ¿Cómo sigue su hermana?- preguntó interesado

- Mejorando profesor, creemos que ya mañana podrá regresar- dijo la chica calmadamente.

- Que bueno, me alegra oír eso - dijo el profesor Rangel volviendo su atención a la pizarra, quedando todo en silencio hasta que Laura interrumpió la clase.

- Profesor, también quisiera preguntar, ¿Usted sabe algo de nuestro compañero Ángel?- preguntó interrumpiendo- como tampoco vino- expresó.

- Si, señorita Laura, avisó que estaba enfermo y no podría venir hoy- informó Rangel- En un momento vuelvo chicos. Esperen con tranquilidad- pidió el profesor para luego retirarse.