Prólogo 2

66 8 0
                                    

Un zumbido comenzó a aturdir dentro de sus tímpanos a la vez en la que sus ojos, aún cerrados, parecían empezar a percibir luz de nuevo... Despertó lentamente, aún sintiendose un tanto desligada de la realidad.

A la cual luego de frotar un poco sus párpados pudo re-conectarse de nuevo.

"Tch" y también darse cuenta rápidamente de dónde se encontraba gracias a las estupidas rejillas del casillero.

En definitiva, le guardaría a este un rencor inigualable lo que le restaba de vida.

Miró hacia su muñeca con la intención de restarle la importancia no merecida al objeto.

Bajando un poco su cabeza para tener una vista mejor, aunque aún incómoda por el poco espacio dentro de allí, con cautela tocó el botón oculto, generando que su teclado táctil, antes invisible, se active.

"Oh" sí funcionaba.

Una sonrisa de satisfacción apareció en su rostro "muy bienIto" halagó mentalmente al Creador Tecnológico definitivo, uno de sus conocidos más cercanos y fieles por los artefactos que le ayudarían bastante ahí dentro.

Con rapidez exploró todo lo que la pantalla poseía... Las opciones que se le otorgaron eran con exactitud las que se le había explicado serían.

Eso era perfecto.

Mediante iba deslizando su dedo por la pantalla logró llegar hasta donde deberían de encontrarse los detalles sobre su personaje... Y efectivamente, tanto personalidad como características físicas estaban allí para que ella no tuviera que recibir eso en su cebrebro; detalle que con obviedad le haría olvidar sus recuerdos y cambiaría su forma de actuar.

Nombre, edad, altura, fecha de nacimiento, gustos y disgustos, y, detalle sorprendentemente estupido e irrelevante, su tamaño de pecho.

Todo se encontraba en esa pequeña pantalla holografica que tenía en su posesión.

"Conveniente."

Ya debajo de la última ridiculez nombrada se encontraba lo que más le importaba en el momento; Su talento.

Para ser sincera y negandolo un poco le daba cierta curiosidad saber qué tipo de habilidad especial tendría allí.

En su vida cotidiana lo que la hacía diferente y más importante que el resto era normalmente desvalorizado por la mayoría de los adultos a su alrededor.

Y estaba más que claro que tal accionar se debía a la envidia que sentían sobre ella.

No los culpaba, saber que nunca serían tan talentosos e inteligentes como su persona era excusa válida para sentirse de tal forma... Aunque para ser sincera, le daba grima que siquiera se imaginaran teniendo todo su éxito.

Algo como eso... Sería imposible que lo logren en esta y sus siguientes vidas restantes.

Y esa era una obviedad.

Descargó los datos del talento a su chip en la cabeza, y sintiendo un mareo terrible por toda la información nueva, se dio unos segundos para recomponerse.

◤                                                                                           ◥

"La Farmacéutica definitiva"

" ___ Hori; Ganadora del premio de farmacología a la edad de 12 años por crear una píldora milagrosa. "

Principios de una EGOCÉNTRICA. | Kokichi Ouma × ReaderDonde viven las historias. Descúbrelo ahora