Últimamente sentía que muchas cosas estaban cambiando. No solo Asher, sino también la relación con mi familia se había vuelto más cercana. Los rastros de incomodidad que solía sentir cuando llegué a vivir con ellos tiempo atrás habían desaparecido por completo.
El día anterior había tenido una larga charla con mi tío Jonathan, y ahora me encontraba repitiendo parte de esa conversación con mi abuelo. Parecía que mi amistad con Asher era un tema sorprendente.
—Alucinante —dijo mi abuelo y me miró con incredulidad—. ¿Coinciden en todas las clases? ¿Ya te ha invitado a su casa? ¿Lo has invitado tú? ¿Es nuevo en la ciudad o solo en la escuela?
Las preguntas salían tan rápido de su boca que apenas tomaba tiempo para respirar. No pude evitar sonreír, todavía hecho un ovillo sobre la silla de mimbre.
—Lo siento, abue, ya has superado el límite de preguntas permitidas por día —sentencié después de su ráfaga de interrogantes.
—No, no. Dominick —lloriqueó—. De todos modos, te advierto que mañana haré muchas más.
Reí y me levanté de golpe, tomando mi bastón. Luego me dirigí hacia la puerta e incliné la cabeza.
—Tío Jonathan y tú están muy emocionados —dije casi en un suspiro y con voz más baja agregué—: Aunque es posible que en un par de días todo vuelva a la normalidad.
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Una primavera llamada Asher
Teen FictionEn el mundo de Dominick Decker, la marca de flor con la que se nace lo es todo, por lo que él, siendo un desmarcado no puede más que sentirse excluido, al fin y al cabo, la popularidad y el valor están definidos por aquello que no tiene. Con la ment...