"Capitulo dos"

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¡Por fin! ¡Hoy es el día! Volveré junto a Elena a la ciudad. Durante estos tres días no hicimos mucho, ya que no había mucho para hacer, no tenemos clases y no teníamos mucha ropa para guardar, aquí sólo usamos uniforme.
Ahora solamente estamos esperando a que mis padres nos recojan, por suerte a Elena la dejaron ir conmigo y así pasear un rato por la ciudad y disfrutar de nuestra libertad.

El camino de vuelta no se nos hizo muy largo, ya que veníamos hablando con mis padres y yo le contaba a Elena como es la escuela, le dije que seguro se sentirá muy cómoda porque además estaremos juntas. No puedo esperar a que conozca a Daniel también, de seguro se llevarán bien.  Al final mis padres nos dejaron en un centro comercial para que paseáramos juntas, extrañamente no quisieron quedarse, dijeron que tenían cosas que hacer y que nos vendrían a buscar dentro de unas dos horas. Me despidieron ambos con un abrazo y luego se fueron, dejándonos en la entrada principal del lugar.
Aún estamos uniformadas ya que habíamos empacado toda nuestra ropa, así que seguiremos luciendo nuestro uniforme hasta habernos comprado algo.

Entramos al lugar y paseamos por cada tienda que vemos, primero miramos, nos probamos todo lo que nos gusta, luego comparamos precios y vemos que tienda nos conviene más.
Me encanta derrochar mi dinero en ropa pero siempre seré partidaria de lo económico. Si bien el dinero no es algo que le falte a mi familia, de hecho abunda gracias a mi mamá, en el internado nos enseñaron cómo manejar nuestros gastos de forma moderada para que así podamos usar nuestro dinero de forma eficiente. Aprendí muchas cosas en ese lugar, cosas que realmente te sirven para la vida. Como primeros auxilios, defensa personal, etc. Podría decirse que más que un castigo, fue como una especie de... No lo sé, enseñanza, tal vez. Perdí muchos amigos pero gané mucho conocimiento y supongo que eso es bueno. Al fin y al cabo siempre me gustó aprender cosas nuevas.

En el medio del paseo paramos en un Starbucks, hemos caminado durante cuarenta minutos por la planta baja del lugar y estamos cansadas, los mocasines del uniforme no lo hacen mejor.

—La verdad todos los locales tenían ropa muy bonita, aunque me preocupan también los zapatos.—comenta Elena luego de darle un sorbo a su capuchino helado con crema.

—Mmm pienso igual, creo que podríamos comprar en cualquier lugar, no hay mucha diferencia de precios, los zapatos que vimos en la última tienda me encantaron.—contesto.

—Me gustaron mucho los que tenían perlas, no son muy altos y se ven cómodos.

—Si, ¿Verdad? Había rebaja de dos por uno. Supongo que porque dentro de poco termina el verano.

—Creería que si, pero unos buenos zapatos para fiestas jamás están de más. Hablando de fiestas, ¿Hacen muchas los de tu escuela?

—¿En serio Elena? Nos encerraron al mismo tiempo ¿Recuerdas? Las unicas fiestas que conoci eran las reuniones en el sotano de Oliver Davies, con sodas y dulces.—hago una mueca al recordar.

—No importa, seremos algo muy hablado. La chica que quemó los uniformes está de vuelta, ¡Junto a alguien nueva! Ya te aseguro, seremos populares—afirma.

A Elena se le da muy bien hacer sociales, era amiga de muchas chicas en el instituto Katherine. Estoy segura de que ella si será popular, es muy guapa así que de seguro muchos chicos se fijarán en ella. Además tiene la ventaja de tener los rasgos latinos de su familia, y ya sabemos lo idealizadas que tienen los europeos a chicas como ella. No tendrá problema para amoldarse en la nueva escuela.
Yo, a pesar de tener sangre argentina, no denoto esos rasgos típicos. Si, rasgos típicos de Argentina tengo, pero los Europeos se piensan que en Latinoamerica solo hay gente morena, los que no me conocen ni a mi ni a mi familia se sorprenden cuando digo que mi mamá es Latinoamericana.

Amor, Karma y otros problemas. ¿Es correcto amar, aun si lastimas al otro?Место, где живут истории. Откройте их для себя