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Corrió lo más rápido que pudo, hasta llegar a la Iglesia, deteniéndose por un tiempo afuera de la gran puerta para regular su respiración jadeante debido a que no se le entendería del todo cuando fuera a hablar si continuaba en ese estado. Cuando se sintió listo, golpeó insistentemente con su mano cerrada en un puño y con la manija de hierro la puerta.

- ¿Quién rayos viene a esta hora?.. -

Alcanzó a escuchar una voz dentro del lugar, alegrandose de haber logrado que el padre fuera a abrirle.

Al abrir el anciano solo se le quedó mirando con su típica expresión seria y enojada que siempre tenía, sosteniendo una vela en su mano derecha la cual Ouma no estaba seguro de que iluminara lo suficiente, agregando que ya estaba vestido con su pijama que era un camisón blanco*.

- Joven Ouma, ¿Que está haciendo aquí? -

- Necesito preguntarle algo urgentemente -

- No es un buen momento, estaba a punto de irme a dormir, debería hacer lo mismo  -

Dicho eso, el padre comenzó a cerrar la puerta de madera con la intención de terminar la corta conversación que se llevó a cabo a fuera, pero algo le impidió y ese era el peli morado que  empleo fuerza en la puerta para que no la cerrara y abriendola completamente esta vez. 

Necesito una respuesta ahora - el padre se quedó parado, mirando inexpresivo al joven - Quisiera saber si es que la gente puede casarse con cadáveres - prosiguió, acercándose más a el mayor invadiendo ya su espacio personal.

El anciano cambió su expresión a una sorprendida y de incomodidad manteniéndose callado, mientras que retrocedía unos pasos.

- Un jovencito como usted no debería de saber eso y mas si esta a punto de casarse -

- Eso no importa, necesito saber si hay alguna forma de revertirlo, solo respóndame -

 A ese punto a Ouma no le importaba ser grosero con sus mayores si es que conseguía lo que quería,  como algo tan simple como una respuesta.

El padre lo miró con molestia debido al trato que le estaban dando pero tambien parecia en estar pensando en algo relacionado al tema o eso pensaba Ouma.

- Creo que puedo ver algo sobre eso, sígame -

Y con eso apagó la vela con un soplido, dejando a ambos a oscuras.





. . .



Una lección muy importante que se llevaría desde ese momento Ouma era que no debía confiar en los adultos de nuevo y no ser impulsivo. 

Después de que se quedaran a oscuras, se la paso siguiendo al padre con la esperanza de que en serio le pudiera dar una respuesta, pero eso solo era una trampa para llevarlo de nuevo a su casa a empujones y agarres por donde pudiera con tal de regresarlo. Claro que trato de escaparse tan pronto como se dio cuenta, pero de alguna forma u otra el padre lograba impedirle su cometido hasta que llegaron a su casa, tocando la puerta.

Para su mala suerte la persona que abrió fue su madre, sinceramente prefería más que hubiera abierto Kirumi o el mayordomo, pero al parecer la suerte no estaba de su lado esa noche.

- ¡Por dios, Ouma! ¿Que haces afuera? - fue lo único que dijo la madre al verlo, demostrando su sorpresa y enojo, pero debía mostrarse tranquila ante cualquier otra persona exterior a su casona.

corpse brideDonde viven las historias. Descúbrelo ahora