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- Oye - escuchó Rantaro estando adormilado todavía- ¿estas bien? - volvió a escuchar, lo decía en un susurró apenas audible como si quisiera que solamente Rantaro lo escuchará.

- ¡Esta despertando! - grito alguien más cuando notó que empezaba a abrir los ojos poco a poco.

Eso hizo que Rantaro se despertará de golpe, al abrir sus ojos completamente solo podía visualizar los llamativos colores que había en el lugar y a los que estaban en frente suyo, lo más cercano a él eran el mismo chico que le había aparecido en el bosque y le había llevado a ése lugar, también se encontraba una chica quien tenía un cabello negro y largo, estaba peinado de una forma llamativa, aunque también rara, en su cabeza tenía un peinado que le hacía ver como si tuviera pequeños cuernos y los demas eran cuerpos esquelético o en descomposición.

- No parece estar muerto.. - agregó una chica que vestía un uniforme de enfermera y manteniendo un tono bajó en sus palabras.

Luego de visualizar bien a las demás personas se levantó un poco lento, dispuesto a irse lo más rápido que pudiera en cuanto encontrara una salida si no fuera porque el pequeño grupo de personas que lo rodeaba se lo impedían.

Y ahora que observaba mejor el sitio se dio cuenta que estaba en un lugar que no conocía en lo absoluto, el cual suponía era un bar, por la barra de madera en la que estaba recargado, las luces brilantes, las personas tomando tragos de lo cual dudaba que era cerveza, entre otras características, además de las personas, o mas bien, cadáveres que había en el lugar.

- ¡Hay que brindar por los esposos! - alguien más gritó, sólo que esta vez no supo quien había sido.

- ¿Esposos? - susurró el peliverde mientras intentaba reconocer a el que lo había dicho

- Ah, en el bosque, - habló el de cabellos prusias, manteniendo un tono bajo - dijiste tus votos a la perfección - al finalizar mostró su mano izquierda, resaltando en su dedo índice el anillo.

- No puede ser, ¿Qué he hecho? - Rantaro lo dijo en un susurró apenas audible, pellizcandose el brazo, pensando que todo era un sueño, pero cuando lo hizo, nada relevante paso, solo que ahora tenía un leve dolor en el brazo.

El chico de ojos miel lo miraba extrañado por sus acciones, pero no dijo nada.

- ¿Van a casarse? - vio a un hombrecillo acercarse para luego mirarlos por unos segundos esperando una respuesta, a lo que el de cabellos prusias asintió, el mismo hombrecillo se notaba entusiasmado, por lo que con ese mismo entusiasmo prosiguió a decir:- ¡Quiero encargarme de su banquete de bodas! - .

¡Claro, Teruteru, sería genial! - esta vez fue una chica rubia, la cual se encontraba detras del de ojos miel mientras que lo tomaba por los hombros.

Rantaro retrocedió, alejandose de la barra y en el proceso chocar con una de las mesas que estaban esparcidas por el bar.

- ¿Qué esta pasando aquí? - susurró Rantaro, quien ya estaba bastante nervioso y confundido por lo que estaba pasandole - ¿Que sucede aquí? ¿Donde estoy? ¿Quién eres tú? - esta vez gritó llamando la atención de todos y en la última pregunta dirigió su mirada hacia el de cabello prusia, expectante de una respuesta de su parte.

Este mismo lo miró por unos segundos para luego bajar la mirada - Es algo difícil de explicar - empezó a juguetear con sus dedos por el nerviosismo y de ahí no volvió a decir algo más.

- Es una gran historia tiene de todo un poco, ya sabes, boda, asesinato, engañó, entre muchas cosas más - dijo otra chica rubia mientras se le acercaba a Rantaro para seguido de recargar su brazo en el hombro del ya mencionado.

corpse brideWhere stories live. Discover now