Capítulo 22: la dignidad salió del chat

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CAMERON

Que Atenea me abriera la puerta de su habitación a las dos de la mañana estando desnuda, casi hace que me dé un paro cardíaco. No podía parar de mirar sus pechos. Ni sus partes más íntimas. Ni su estómago. Todo era hermoso.

Ella me miró con los ojos muy abiertos y se puso detrás de la puerta, con las mejillas al rojo vivo.

— ¿Qué haces aquí?—preguntó, y parecía que le faltaba el aire.

Relamí mis labios y suspiré.

—No tengo idea.

Ella me siguió mirando fijo.

— ¿No tienes idea? ¿No deberías estar con los chicos en Xelta?

Me encogí de hombros.

—La verdad es que me aburrí. Verte me parecía un mejor plan.

Seguía viendo la parte de arriba de uno de sus pechos. Estaba a punto de empujar la puerta, alzarla y llevármelo a la boca. Mi entrepierna se endureció y maldije mentalmente.

Ella me miraba sin poder creérselo.

—Deja que me cambie.

Me cerró la puerta en la cara y eso hizo que reflexione sobre la decisión que había tomado. La realidad es que no había ido a Xelta cuando me enteré de que Atenea no iba. No me apetecía. El tema es que había tardado bastante en decidirme si venir o no a su residencia. Y la verdad, es que no sabía si había tomado la decisión correcta. Porque no era tonto. Estaba desnuda, con los ojos desenfocados...a las dos y media de la mañana.

Mis contradicciones internas me estaban volviendo loco. Un día la quería, otro día me obligaba a detestarla, un día me sentía culpable, al otro todo me daba igual.

Quería terminar con ello. Pero no quería terminar con Atenea.

Me encontraba en una encrucijada, y estaban a punto de hacer jaque mate.

ATENEA

¡Dos hombres! Dos hombres habían venido a buscarme en una misma noche, cuando nunca venía nadie por aquí. ¿Por qué, si se podía saber, me hacía esto el universo? ¿Por qué juntar a los dos únicos hombres que me parecen atractivos en un mismo día? ¿Por qué todo junto?

¿Debería meter a Jude debajo de la cama? ¡Diablos! ¿Adentro del armario? ¿En el baño?

Me paré en el medio de la habitación y miré a Jude con cara de pánico. Él se estaba cambiando y me hizo un gesto de silencio con la mano.

Lo miré muy, pero muy confundida. Me hizo otro gesto para que me acercara.

—No digas nada—dijo en un susurro—. Sé que es Cameron, así que saldré por la ventana.

Fruncí toda mi cara.

— ¿De qué hablas?—susurré en respuesta.

¿Jude quería ayudarme luego de haberlo hecho conmigo? ¿Qué estaba pasando?

El asintió y sonrió.

—Atenea, entre nosotros solo buscamos placer. Pero tú y Cameron...me parece que allí hay algo más. Y no quiero que lo arruines por haber tenido solo un desliz conmigo.

Bien, oficialmente me encontraba en un universo paralelo.

— ¿Me estas hablando en serio?—susurré, incrédula.

—Si, en serio—dijo muy serio y me dio un apretón en el hombro. —Deberías cambiarte.

Miré mi cuerpo desnudo y por segunda vez maldije. ¿Por qué seguía desnuda?

Miradas cruzadasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora