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Mi corazón no paraba de latir, aún no podía creerme que el niño borroso de mis recuerdos era Tweek, ¿por qué se había ido? ¿dónde se había metido? no sabía su dirección, ni las clases que veía en la Universidad, ni su teléfono, nunca lo vi utilizar uno, no sé cómo encontrarlo pero necesito verlo, necesito hablar con él, no podía darme por vencido. Me levanté de la banca y corrí hacia los sitios donde solía cruzarme con él, primero fui a la cafetería donde fue la segunda vez que lo encontré, lo busqué pero no lo encontré, me acerqué a la chica de la caja a preguntar por él, recuerdo que había mencionado que solía venir aquí a tomar café.

—Hola disculpe, me preguntaba si ha visto a un chico rubio de ojos azules más o menos de mi estatura, quizá unos 7cm más bajo que yo, es un cliente habitual. —Jadeé de cansancio esperando la respuesta de aquella chica.— Vine aquí varias veces con ese chico.

—Mmm...Lo siento, no hay un cliente habitual que coincida con las características, el único cliente habitual que tenemos es aquel señor con laptop de la esquina. Además lo recuerdo a usted, pero siempre vino solo. —Suspiré y salí de la cafetería, no podía rendirme, quizá sí preguntaba por él en la universidad, aún había gente yendo por atrasos de proyectos así que tenía que aprovechar el momento antes de que se fueran. Volví a correr con todo lo que podía hasta la universidad, rezaba a todo lo que podía para que Tweek estuviese allí o que alguien me supiese decir dónde podría encontrarle, tenía que hablar de tantas cosas con él.

—¿Craig? ¿Qué haces aquí? Creí que ya no vendrías más hasta el año que viene. —Al llegar me encontré a Kenny en los pasillos, que venía con una pila de hojas.— Si te preguntas aún no he podido irme a South Park, tenía que entregar un proyecto antes de irme.

—Kenny, ¿has visto a un chico rubio de ojos azules? Es casi de mi misma altura, como 7cm menos.

—Eh...Bueno, amigo, hay muchos chicos rubios de ojos azules casi de tu altura en esta universidad, quizá podrías ser más específico.

—Casi siempre usa una camisa verde mal abotonada. —Kenny se quedó callado un rato, su rostro mostraba algo de incomodidad y tristeza.—

—Craig, no sé a quién estás buscando pero no creo que lo haya visto, lo siento. Ya tengo que irme, esta noche me voy a South Park y tengo que terminar de entregar esto. —Kenny parecía haber huído de la situación, ¿quizá sí había visto a Tweek? Suspiré y continué buscando salón por salón, preguntando por Tweek, pero nadie parecía conocerlo, todo esto era raro, ¿como podría ser que nadie conocía a un tal Tweek? Fruncí el ceño y corrí a la sala de música, donde me encontré con Wendy quien miraba el piano. Ella solía venir una que otra vez al coro cuando no estaba ocupada.—

—Wendy, creí que ya te habías ido a South Park. —Entré al salón y cerré la puerta detrás de mi, Wendy volteó a verme y me saludó de manera pacífica.—

—Me iré mañana, hoy trabajé en las tutorías, quise venir a pensar un poco aquí ya que es tranquilo antes de irme, ¿tú qué haces aquí? Tengo entendido que ya habías entregado todo y estabas libre.

—Realmente estoy buscando a alguien, un chico rubio de ojos azules, casi de mi misma altura. Él estuvo aquí en este salón conmigo, toca el piano.

—Craig...¿Fue ese día en el que te vi llorar aquí?. —Me avergoncé al pensar en que Wendy también había visto ese lado de mi, pero era mejor que fuese ella que el gordo de Cartman.—

—Si...Pero si me viste llorar significa que viste a Tweek, ¿No sabes en qué salones ve clase? ¿Qué clases ve? ¿A que carrera va?. —Quizá le hice muchas preguntas pero necesitaba respuestas.—

—Craig, ese día vine a buscar un cuaderno que dejé, y escuché la melodía de un piano y un violín, me acerqué a ver y antes de abrir la puerta la melodía había acabado, solo escuché un llanto y por curiosidad abrí la puerta y te vi ahí, sentado en la silla del piano llorando, pero Craig, estabas solo, nunca entendí como escuché la melodía de ese piano. —Algo no estaba bien, apreté el agarre de mi bolso y fruncí el ceño, nadie sabía darme una jodida respuesta, salí del salón sin decirle nada más a Wendy y corrí a la dirección a salir de esa maldita duda de una vez por todas, abrí la puerta y me senté frente al director.—

"Sigh" - |Creek|Where stories live. Discover now