Treinta y seis. | JinKook.

Tres: Estar en contra.

"Si pudiera vivir hasta los 90 años de edad conservando durante los últimos 60 años la mente o el cuerpo de una persona de 30 años, ¿qué preferiría?"

Esa es una pregunta compleja, SeokJin había olvidado lo larga que es, ¿cómo se supone que la aprenda o recuerde para hacérsela a JungKook? Pensó en escribirla en su mano, llevarla en un papel o simplemente ver las notas de su teléfono, pero esas son opciones espantosas, si SeokJin lleva a cabo cualquiera de esas, no se verá increíblemente guapo frente al joven, por el contrario, será humillante y su plan fracasará.

—Noventa, sesenta, treinta. Noventa, sesenta, treinta.

Al final, llegó a la conclusión de que lo más efectivo sería aprender los números: noventa años de edad, sesenta los últimos, treinta cuerpo o mente. Así no debería ser tan difícil.

Lo es.

—Buenos días, SeokJin —JungKook le sonríe.

Eso debería ser ilegal. ¿Acaso JungKook no piensa en la sanidad de otros? SeokJin está excesivamente nervioso, más nervioso que cualquier otra mañana, más nervioso que la primera vez que dio las noticias, ¿y JungKook se atreve a regalar una sonrisa que desvanece los números que con tantas complicaciones pudo recordar?

JungKook es tan lindo.

—JungKook... —dice embobado—. JungKook —se corrige. Bien hecho, SeokJin, te salvaste—, buenos días.

—¿Qué va primero hoy?

—¿Disculpa?

—Tu orden o la pregunta, ¿cuál harás primero?

—¿Qué te hace pensar que tengo una pregunta para ti hoy?

El muchacho forma un puchero—. ¿No la tienes?

Noventa, sesenta, treinta. Noventa, sesenta, treinta.

—Sí la tengo —JungKook espera, SeokJin intenta recordar—. Si tuvieras noventa años... y... Uhm.

—¿Sí? —interrumpe, SeokJin parpadea.

—Intento recordarla.

¿En serio dijo eso? ¡SeokJin, lo estropeaste! Maldición. Bien. Bien. Está bien, él puede salvar esto, él puede...

JungKook se carcajea, es una risa bonita. Se tapa la boca. Sus ojos se vuelven pequeños. Echa la cabeza hacia atrás.

SeokJin quiere llorar; JungKook es demasiado.

Se le iluminan los ojitos, es característica. SeokJin siente que el ruidito hecho por su garganta le girará dentro de la cabeza por siempre, espera que no, de ser así no tendría razón para hacerlo reír, y SeokJin quisiera escucharlo reír siempre, a causa suya.

Es contagioso, aunque él solo sonríe, encantado.

—Si tú... —se atreve a continuar—. JungKook.

—SeokJin —imita, ambos serios.

—JungKook, si tú pudieses llegar a los noventa años...

—Eso es imposible —interrumpe.

—Por favor, déjame terminar... Me está costando.

—De acuerdo, hazlo.

—Si se te ofreciera llegar a los noventa años...

—Cambiaste la pregunta.

SeokJin deja salir un ruido de agonía y JungKook se echa a reír otra vez, al calmarse lo invita a seguir.

—Si los últimos sesenta años antes de los noventa pudieras pasarlos con un cuerpo o mente de treinta años, ¿cuál escogerías?

—No entiendo la pregunta... —SeokJin se golpea la frente dentro de su cabeza—. ¡Ya entendí! ¡Ya entendí, lo prometo! ¡Qué boba pregunta! El cuerpo, por supuesto, ¿por qué querría conservar mi mente joven si mi cuerpo no será así? En cambio, si mi cuerpo es joven, dará igual mi mente.