-¡Eun Bi, vamos!- El coreografo paró la música mientras la chica descansaba un poco.
-Sé que toda esta situación te está desanimado, pero tienes que dar tu mejor esfuerzo.- La chica asintió mientras tomaba un poco de agua.
-Lo siento, aún me estoy acoplando a esta vida nueva.- Bajó la mirada apenada.
La situación de Eun Bi empeoraba cada día, parecía que el hobby de la gente era buscar una nueva excusa para cancelarla y estaba harta de eso, de tener que cuidar su imagen cada segundo por miedo a que nuevamente la llamaran de mil formas.
La mayoría de tiempo la pasaba encerrada en su estudio escribiendo o en su habitación, probablemente llorando. Lo único que la distraía eran las clases de baile, pero parecía que eso tampoco estaba funcionando.
-Lo entiendo, para la próxima sesión trata de tener tu mente despejada, puedes descansar por hoy.- El hombre salió de la sala dejando a la chica completamente sola.
La pelinegra tomó su mochila sacando una pequeña bolsa con una pastilla y la puso sobre su lengua, esperando que esta hiciera efecto.
Se sentó en el piso mientras tomaba su teléfono para revisar alguna de sus notificaciones y responder algunos comentarios de fans en weverse, cuando derrepente Suni entró a la sala.
-¿Ya terminaste?- La chica se sentó a su lado.
-Algo así, me dio el tiempo restante libre.- Apoyo su cabeza en la pared.
Suni asintió mientras inspeccionaba a la chica, últimamente estaba más al pendiente de ella. Hasta que notó la bolsa en su mano.
La tomó rápidamente, asustando a Eun Bi.
-¿¡Lo hiciste de nuevo?!- Se levantó rápidamente.
Pero la chica la ignoró por completo. -¡Kang Eun Bi! ¡Te estoy hablando!- La pelinegra la miró cansada.
-Si, lo siento... Supongo.- Dijo sin importancia.
-¿Supongo? ¡¿Cómo puedes ser tan egoísta?!- Eun Bi se volteó hacia ella molesta.
-¿Egoísta?- Se paró del suelo.
-¿Acaso no piensas en nosotras? ¿¡Tienes idea de lo que nos harían si se dan cuenta que te drogas?!- Suni apretó la mandíbula.
-En primer lugar baja tu tono, en segundo no es tu problema y en tercero no les van a hacer nada, en dado caso sería a mi a quien expulsarian del grupo y creeme que si lo hacen me estarían haciendo un gran favor.- Eun Bi tomó sus cosas saliendo molesta de la sala.
Odiaba que la gente se metiera en sus asuntos y más que le hablaran con un tono de superioridad, era algo que definitivamente no toleraba.
Caminó con prisa por los pasillos de la compañía, lo único que quería era llegar a casa y llorar, se sentia tan inservible, tan estúpida, solo quería acabar con todo eso.
Y sin darse cuenta sus ojos comenzaron a soltar lágrimas de enojo y tristeza, mientras caminaba topó con alguien haciéndola caer al suelo.
-¡Oh lo siento mucho!- El chico la ayudó a levantarse rápidamente.
-No te disculpes, yo no me di cuenta.- Trato de fingir una sonrisa.
-Disculpa que me meta pero ¿Te pasa algo?- El desconocido la miró con preocupación.
-Es una muy larga historia, pero no pasa nada.
-Puedo escucharla, mucho gusto. Soy Jay.- El castaño le ofreció su mano.
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