Capitulo 14

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Madeleine

Salgo corriendo hace mucho frio afuera, Pienso qué camino tomar para subir rápidamente al autobús y llegar a donde mi amiga, Dina debería estar en casa ahora, Estoy segura de ello, ella era muy solitaria, Había chicos, hombres, pero de alguna manera no se quedaron por mucho tiempo. No hemos estado hablando mucho últimamente. Le haré una sorpresa de Año Nuevo y, al mismo tiempo, le pediré que me deje pasar la noche en su casa, Creo que no se negará, aunque me parecía que últimamente me había estado evitando.

- ¡Madeleine!

Me doy la vuelta y Martin corre detrás de mí, con una chaqueta medioabierta

Salgo corriendo.

- ¡Detente!

- ¡Déjame en paz! ¡No volveré allí! ¡Ni siquiera intentes recuperarme!

- ¡Detente! - me alcanza y me detiene - Entra al coche, Te llevaré a nuestra casa,

- ¿A nuestra casa? ¡Esa ya no es mi casa! - Me estremezco.

- ¡Espera! ¡¿Qué se te ha metido?! Estoy listo para perdonarte, ¿oíste?, ¿No entiendes esto? Yo... yo tampoco soy un santo, Madeleine Todos cometemos errores - me mira a la cara con sus ojos marrones.

- ¿Qué?..

- Me merecía todo esto, Además, no habrías vuelto a casa si tuvieras algo serio con él allí. Estoy seguro de que todavía podemos volver.

Lo miro a los ojos por unos segundos, tratando de comprender lo que está pasando, Pero ya he tomado una decisión que debería haber tomado hace mucho tiempo.

- No, no podemos volver - saco mi mano de su agarre. - No tienes que perdonarme, Yo... sólo... me voy ahora, No tienes que seguirme, - le doy la espalda y muevo rápidamente las piernas sobre la nieve helada

- ¿Y a donde vas? ¿Para donde él? - Lo escucho enojado detrás de mí.

No me doy la vuelta y no contesto, Solo doy un paso adelante. Tengo que darle tiempo para que se calme, Si me fuera a casa con él ahora, No quiero darle falsas esperanzas.

Me siento en el autobús junto a la ventana, hundo la nariz en el cuello de mi suéter y miro los edificios cubiertos de nieve que destellan. No está nevando hoy, pero hay mucha nieve

Pensé en él todo el camino. Sus últimas palabras resonaron en mis oídos. La forma en que me dejó ir, agitando su mano hacia mí. Me ofendió hasta cierto punto. Pero al mismo tiempo, le estaba muy agradecido por su sabiduría y por permitirme elegir. Todo funcionó de la mejor manera. Eso creo, aunque con tristeza.

Me bajo del autobús justo en frente de la casa de Dina y corro hacia la entrada, Presiono el timbre

Vamos... ¿No está ella allí, o algo así?... Que frío..

- Si - Dina jadea.

- ¡Sorpresa!

Hay un silencio muy grande

- ¡Ay! - temble de frio

- ¿Madeleine ?

- Adivinastes, Abreme por favor

- Y tu que haces aqui... quiero decir...

- Sí, estoy de visita. Supongo que no tengo adónde ir. Te lo diré cuando ahora mismo , si me dejas entrar, claro.

- Sí , ovbiamente

La puerta se abre.

Entro en una cálida entrada y me dirijo al ascensor.

Ella esta un poco rara, Siempre he conocido a Dina como una chica muy positiva y alegre, La voz con la que me hablaba no encajaba con ella en absoluto, Y esperaba que su positivismo me ayude, Parece que a ella también le pasa algo, ¿O tendra una resaca?

- ¡Oye! - Le sonrío mientras me abre la puerta, Bueno, se ve como... Esto claramente no es una resaca. Parecía estar llorando, esta toda pálida - ¿Que te pasó?

Me mira extrañada, como si tuviera miedo. Algo tímida.

- Hola... entra

- ¿Por supuesto? - Cruzo el umbral, No tienes buena cara. ¿Qué pasó?...

- No pasa nada

Me quité los zapatos, me puse las pantuflas, Ella está en un verdadero lío.

- A la sala de estar- me pide.

Definitivamente algo sucedió. Incluso de alguna manera me olvidé de mis problemas. Obviamente tiene algo más serio.

- Dina, ¿estás bien?, Estás un poco pálida...

- Yo solo... no me siento bien... - la chica comienza a temblar, como si tuviera ganas de vomitar. - ¡Lo siento! - y arranca a toda velocidad en dirección al baño.

¿Esta envenenada o algo asi?

Tiene una manta y una almohada en el sofá. Ella celebró el año nuevo con bastante modestia. El árbol de Navidad está encendido, la televisión está en silencio y hay una caja de dulces vacía en la mesa de café.

- Siéntate - me ofrece Dina, señalando una de las silla.

- ¿Qué te pasa, Dina ? - - Me siento. Ella no responde - Lamento haber llegado de la nada. Es solo que... ni siquiera sé cómo decirte, - Me froto la cara con las palmas de las manos. - Rompí con Martin, Mis padres están de su lado, Yo... yo no tenía adónde ir, Y de alguna manera sabía que te encontraría en casa. Pero veo que no estas bien, Dime que está mal...

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Nota de la autora:

Que les pareció el capitulo espero y lo hayan disfrutado

Nos vemos pronto

Besos💋

Danielis M Rodriguez

Mamá para su hija© { ✓}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora