ESPECIAL Y DIFERENTE

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—Su majestad no... —oí cuando ya había abierto la puerta del despacho y vi que Alexandre estaba reunido con otro hombre.

Yo y mis prisas... nunca me hacen pensar bien las cosas.

—Disculpa, no pensé que... —Evidentemente que no pensé en nada y menos aún que no estaría solo.

—No se disculpe, es evidente que se trata de algo urgente. El monarca y yo ya habíamos finalizado nuestra reunión, es un placer volver a verla su majestad —dijo el primer ministro que recordaba a la perfección como el marido de Louise.

—El placer es mío señor Wolters y dele recuerdos a su esposa de mi parte, espero tener el placer de verla pronto de nuevo —sonreí sinceramente y con cierta rojez en mis mejillas por haberme dejado llevar por aquel impulso.

Pero es que lo que tenía que decirle a Alexandre era demasiado importante.

—Le transmitiré sus saludos. Que tengan un buen día —agregó haciendo una reverencia antes de marcharse y cerrando tras de sí la puerta.

Me giré entonces hacia Alexandre que permanecía de pie detrás de la mesa con su figura y porte imponente, digno de un rey, tal como era y como esperaba que siguiera siendo muy a mi pesar.

—Tu hermano ha requerido una cesión de tu mandato como monarca y ha presentado su candidatura como sucesor —solté sin tener pruebas ni estar segura, pero las palabras de Amanda eran suficientemente.

Vi como Alexandre fruncía el ceño y me observaba fijamente.

—¿Cómo puedes tú saber eso? —inquirió sin mover un solo músculo de su cuerpo—. Ni siquiera yo sabía nada hasta hace unos minutos que el primer ministro en persona ha venido a informarme sobre el delicado asunto.

Solté todo el aire que hasta ahora no me había dado cuenta que contenía y me llevé una mano a la frente solo para cerciorarme de que era cierto, que las palabras de Amanda no eran maliciosas, sino que poseían fundamento.

—En realidad no lo sabía, pero lo intuía, Amanda ha sido de lo más especifica con sus comentarios maliciosos para no dejar demasiado a la imaginación, por eso entré en tu despacho sin dejar que me anunciaran, pensé que quizá aún habría algo de tiempo, pero ya veo que no... ¿Qué vamos a hacer? —pregunté realmente preocupada.

A Alexandre no pareció sorprenderle que Amanda hubiera hecho alarde de la acción de su hermano menor con el que estaba prometida, probablemente el anuncio del compromiso había sido precisamente la tapadera que buscaban para que no se hablara de otra cosa en todo el país y así eludir el hecho de que uno de los hermanos del monarca pretendía robarle la corona.

Aunque eso me llevaba a pensar que las intenciones de Nathaniel eran las de casarse realmente con Amanda si ella pensaba ser reina y sabía todo el plan. ¿De verdad estaba dispuesto a contraer matrimonio con una mujer que solo le quería por pura conveniencia?, o ¿Tal vez la estaba usando para sus fines y realmente no pretendía casarse al final con ella?

Fuera cual fuera la respuesta, asumí que no debía importarme, lo único que debía hacerlo era conseguir que esos dos —o más bien tres si incluíamos al tío Jacob—, no se salieran con la suya.

—¿Vamos? —exclamó Alexandre reaccionando al fin—. Tú no vas a hacer nada Adriana, todo este asunto me afecta únicamente a mi y no quiero inmiscuirte en mis problemas más aún de lo que ya lo he hecho hasta la fecha. No me parece justo para ti.

¿Qué no era justo para mi? Estaba metida en aquel tinglado me gustara no o, a fin de cuentas solo sería reina por unos meses, pero lo era según la ley del matrimonio y aunque no era algo que me gustara o aspirara a ser, me resultaba inmoral lo que pretendían hacerle, así que quisiera Alexandre o no, iba a tener que contar conmigo hasta que me largara de palacio.

Si es que no nos echaban antes, claro.

—Si esperas que te deje solo comiéndote este marrón, lo llevas claro marido —apelé con retintín—. Sin saberlo me comprometí a estar contigo en las buenas y en las malas, así que hasta que firmemos el divorcio pienso defender lo que por ley y derecho te corresponde. —Me acerqué hasta Alexandre y le puse las manos en el pecho solo para transmitirle tranquilidad o al menos intentarlo porque podía notar la enervación en sus ojos y es que no era para menos, su propio hermano le había traicionado y esta vez no eran sospechas, sino hechos—. Sé que esto es importante para ti y aunque no soy lo que esperabas, ni mucho menos la elección que habrías escogido para tu consorte, haré todo cuanto esté en mi mano para demostrarle a este país el grandísimo error que cometería si te dejaran marchar.

Alexandre emitió una ligera mueca que no llegaba a ser una sonrisa, pero que podía acercarse a serlo. Noté sus dedos acariciando mi mejilla sin dejar de mirarme de forma intensa.

—Tienes razón —mencionó sin dejar de observarme—, eres mucho más.

Podría haberme derretido allí mismo, pero me obligue a creer que realmente solo eran palabras de agradecimiento por estar allí en lugar de salir huyendo, aunque el modo en que las había dicho con aquellos ojos verdes mirándome de forma tan intensa, podría haber mojado hasta cinco bragas en caso de llevarlas puestas.

No me gustaba la sensación de plenitud que adquiría mi cuerpo en su presencia, bueno, sí que me gustaba, ¡Que leches, me encantaba! El problema era otro, que a pesar de las circunstancias, cuando llegase la fecha pactada o todo estuviera solucionado me piraba y por alguna razón, una parte de mi era muy consciente de ello y se lamentaba.

Lo último que necesitaba era aferrarme a esa posibilidad y que Alexandre se quedara conmigo únicamente por gratitud.

Ni de coña...

Tampoco es que hubiera imaginado un futuro con alguien en cuestión. Partía del punto en el que no quería estar con el mismo tío dos veces, así que menos aún me planteaba la posibilidad de estar con un hombre toda la vida.

¡Dios!, ¿Por qué tenía aquella clase de pensamientos ahora? Bueno, había una razón, una bien gorda. Alexandre era el único con el que había estado más de una vez.

Y de dos.

Y de tres.

Y de... había perdido la cuenta, pero llevaba allí más de un mes y todavía no me había cansado de él.

¿Le convertía eso en alguien especial y diferente? Probablemente si, pero que ese fuera el caso no importaba, Alexandre era y seguiría siendo rey de Bélgica —me negaba a pensar que estorboman ascendiera al trono y menos aún a la pechugoncia como consorte—, a pesar de lo que mi mente pudiera fantasear en caso de que Alexandre no fuese rey.

¿Le convertía eso en alguien especial y diferente? Probablemente si, pero que ese fuera el caso no importaba, Alexandre era y seguiría siendo rey de Bélgica —me negaba a pensar que estorboman ascendiera al trono y menos aún a la pechugoncia como c...

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