03| La noche

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El rugir del cielo lo despertó, Jimin gruño en desacuerdo y rodó sobre la cama escabulléndose entre las mantas, se negaba a abandonar esa comodidad pero la claridad no se lo permitió, parpadeo un par de veces antes de esbozar un bostezo y sentarse perezosamente sobre la cama dejando que las sábanas se deslizarán por su cuerpo y el frío golpeará su piel.

Tras unos minutos con la mente en blanco, se levantó yendo directamente hacia la ventana y entonces pudo apreciar la tormenta que se desataba.

Con el frío calando sus huesos se alejó para ir al baño y hacer sus necesidades, así como también para asearse. Minutos más tarde salió de él y regresó a su habitación para cambiarse y ordenar su cama.

Una vez listo descendió a la cocina para prepararse un café, el clima se lo exigía. Pero se detuvo en medio del salón al percatarse de la presencia sobre uno de los sofás.

—Buenos días abuelo —dijo ingresando al salón.

—Buenos días —respondió el anciano con la mirada pérdida en la ventana y el paisaje que mostraba.

—¿Ya desayunó? —preguntó en voz baja.

El hombre asintió sin siquiera mirarlo.

Un punzón estrujó el pecho del más joven al sentir la frialdad entre ellos, ¿tanto le disgustaba su presencia como para ni siquiera merecer una mirada? ¿Una sonrisa? ¿O un abrazo que le recordará su calidez?

Vacilante Jimin permaneció estático en medio del salón.

—Abuelo, yo —habló pero las palabras se negaban a salir —. Sobre la abuela y-yo...

—No estoy molesto por eso —lo interrumpió el mayor.

—Pero yo no estuve ahí —soltó con un nudo en la garganta.

—Lo sé, pero tu madre me lo explicó —dijo con calma—. Ese fin de semana era importante para ti —habló ronco el hombre —, por eso no te lo dijo. No fue tu culpa.

El cuerpo del chico se tensó.

—Aún así, lo lamento —murmuró con la voz quebrada —. No hay nada más importante que la familia —le dijo, recordando las palabras que alguna vez su abuela le había dicho.

Jungkook miró a su nieto.

—Sí, pero también las familias deben impulsarte a mejorar, a superarte y valerte por uno mismo. No fuiste egoísta, solo hiciste lo correcto.

—Abuelo —su voz se entrecortó —, en ver-verdad l-lo lamento —sollozó sintiendo la presión sobre su pecho aligerarse.

Luego de su plática las cosas no cambiaron, el abuelo Jeon no parecía volver a ser el mismo hombre cariñoso y simpático pero al menos la tensión que había entre ellos desapareció.

Podían permanecer en silencio por horas y eso estaba bien, convivían a su manera y a pesar de las pocas palabras que compartían, la compañía del otro les reconfortaba.

Comenzaron a conocerse se nuevo, Jimin había aprendido las nuevas mañas de su abuelo, resulta que tenía muy malos hábitos para dormir, también solía escabullirse por las noches en busca de aperitivos y por nada del mundo podrías pedirle aunque fuese un trocito o era asegurar tu muerte; era en verdad un huraño y detestaba que se hicieran ruidos muy fuertes dentro de la casa pero tras preguntarle el por qué y que sus hipótesis fueran totalmente incorrectas supo que su abuelo apreciaba oír los cantos de las aves, por las mañanas era el momento exacto para poder escucharlos pero también era el horario en el que los trabajadores hacían más ruido.

Al comprenderlo, Jimin habló con Irene y tras un par de ajustes en el horario, varios de los trabajos que producían la mayor parte de ruido se modificaron a la tarde, dándole el tiempo suficiente a Jungkook de escuchar a las aves. Ese pequeño cambio mejoró el ánimo del abuelo.

Singularity | TaekookWhere stories live. Discover now