Capítulo 11| Huye

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Sentía que las piernas no me alcanzarían para correr, pero por alguna razón pude correr como nunca lo habría hecho

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Sentía que las piernas no me alcanzarían para correr, pero por alguna razón pude correr como nunca lo habría hecho. Claro, tuve que quitarme los tacones para poder ir más deprisa y recorrer las calles descalza, pero fuera de eso estaba casi de maravilla.

Cuando llegué a donde quería saludé al portero del otro lado, el cual me dejó entrar al edificio al reconocerme, avancé hacia el ascensor, toqué el botón y la gran caja de metal subió, apenas llegó al piso correspondiente me adentré en el estrecho pasillo y toqué la desgastada puerta, esperando.

–¿Quién es? –gritó una voz masculina desde el interior y esbocé una sonrisa tensa –¿Alisa?

–Abre la maldita puerta, Asher –ordené lanzando una breve mirada al pasillo, precavida.

Oí como sacaba los seguros de la puerta y luego de unos segundos esta fue abierta, mostrando al muchacho sin camiseta con el torso ligeramente tatuado, descalzo y con unos pantalones de algodón caídos que dejaban ver parte de su bóxer azul. Se hizo a un lado y me adentré al pequeño piso que compartía con su medio hermano menor; Nikolai.

–No es por ser un metido o algo así ¿Pero qué carajo haces en mi casa a las tres de la mañana, Alisa? –masculló mi viejo amigo y al adentrarme en la sala pude ver al adolescente de su hermano con los ojos fijos en la pantalla de su teléfono.

No perdí mucho tiempo cuando me acerqué por detrás y le arrebaté el teléfono al mocoso. Este se levantó bruscamente con ganas de asesinarme, pero al verme sus ojos se abrieron con sorpresa.

–Uy, vamos a ver en qué cosas turbias está metido el mocoso –me burlé con una sonrisita.

–¿Alisa? –salió del sofá y se paró delante mío, viéndome de arriba abajo como si todavía no creyera que estaba ahí.

Nikolai era bastante diferente a su medio hermano, y no sólo en lo físico, también en cuanto a carácter. El adolescente tenía un carácter de mierda, no toleraba mucho el contacto físico y era un gran cabrón, de hecho habían sido muchas las veces en las que llamaban a Asher porque Nikolai se había metido en alguna pelea o había insultado a un maestro. También había salido pelirrojo, ahora tenía el cabello completamente corto en los laterales y apenas un poco más largo delante, además de unos oscuros ojos azul marino, llevaba un piercing metálico en la nariz y varios tatuajes en el torso y brazo que pude apreciar a la perfección gracias a que estaba sin camiseta. Hace meses que no lo veía, pero ahora debía admitir que había adquirido un aire más peligroso desde la última vez.

Mientras que Asher era todo bromas, fiestas y sexo, Nikolai era seriedad, estudios y amigos. Ni siquiera parecían familia de verdad, pero si los veías juntos podías notar las pequeñas igualdades entre ellos; la forma de la nariz, la curva de los labios, la forma de la cara e incluso cuando algo los molestaba hacían los mismos gestos, de forma inconsciente, pero eran los mismos.

–Vaya, ahora pareces un verdadero cabrón –murmuré frunciendo las cejas y lanzándole una mirada a Asher para que me explicara cómo es que su hermano de dieciséis años parecía de veintitantos y que en cualquier momento podría robarme la billetera si la dejaba cerca de él –¿Desde cuándo te has vuelto... –lo señalé de arriba abajo– esto.

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⏰ Letzte Aktualisierung: Jul 26, 2022 ⏰

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