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La estruendosa melodía resonaba festiva en los animados interiores de un extenso salón colorido, máquinas para brindar entretenimiento con variados juegos esparciéndose numerosas por la jovial zona rítmica, hallándose destinado exclusivamente a permanecer sumido en las mayores celebraciones alocadas que puedan anhelarse en el chispear de un motivado corazón flameante.
Aquel llamativo club electrificante, un juego de gravedad provocando que sus fiesteros participantes terminarán suspendidos por los vibrantes aires de la amena festividad, irradiaba un juguetón ambiente que impulsaba un vigoroso deseo de obsesiva continuidad hasta el indudable agotamiento en los cantarines individuos sumergidos en el alegre fervor de una extravagante fiesta.
Sonrisas radiantes decorando los joviales rostros de los bailarines entusiasmados, amenidad apoderándose de la celebración y sonoras voces retumbando eufóricas junto al vociferante estruendo de aquel musical complaciente.
Hiperactivo festejo expresando soberbia incontrolable. Enloquecedor ritmo seduciendo los animados tímpanos de los numerosos integrantes de una potente celebración atractiva.
—¡Que la fiesta nunca acabe chicos! —exclamó una risueña voz masculina con un emergente tono malicioso.
El bullicioso público, atraído por el cautivador musical, profirió sonoros gritos apasionados cuando el retumbar de las llamativas melodías aumentó considerablemente la potencia de su volumen estridente. Envolviendo las numerosas figuras en una electrizante música rítmica.
—¡La diversión apenas comienza! —desde la mesa de mezclas que controlaba las diversas funciones de aquella sala deleitante en vívido entretenimiento, expresó frenético un joven varón de sonrisilla juguetona.
Erizada melena que poseía una oscurecida tonalidad castaña, venda escarlata rodeaba su revoltosa cabeza, festejantes lentes morados ocultando unos malignos orbes negruzcos, musicales audífonos celestes dominando sus atentas orejas, dorada tez adornando su cuerpo masculino, labios extendidos además de elevados que exponían una socarrona sonrisa afilada, prenda elegante afelpada situada sobre sus relajados hombros cual traviesa capa ondeante, blanquecina camiseta de mangas cortas, azabache cinturón de hebilla plateada, pantalones granate atrapando sus fuertes extremidades andantes y un oscuro calzado siendo usado por el eléctrico masculino.
