Capítulo Veinte.

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Italia.

Becca.
—Ho...Hola. —Forcé una sonrisa. Logan asintió como forma de saludo. — ¿Me disculpáis un momentito? —Retrocedí y comencé a subir las escaleras, dejándolos en el porche y con la puerta abierta.

— ¡Bienvenidos a nuestro humilde hogar! —Oí como Andrew hablaba divertido.

—Está aquí. —Anuncié apoyándome sobre la puerta que acababa de cerrar.

— ¿Quién? ¿Matteo? —Dijo Kora asustada.

—Logan. —Aclaré en un susurro y respiró aliviada.

—Joder, y ¿Por qué susurramos? —Susurró también.

—Ha venido con alguien.

—Claro, dijo Jess que venia con ellos. —Kora siguió maquillándose.

—Kora. —Me acerqué con rapidez. —Ha venido con una chica. —Le miré fijamente.

—Dime que te estás burlando de mí y que no está abajo con otra de su brazo. —Me pidió y a mí me entraron ganas de llorar. —Ay dios, lo voy a matar. —Se levantó de golpe y fue escaleras abajo.

— ¡Kora, no, espera! —La seguí.

—Tranquila, que en la cara no será. —Me miró.

— ¿Por qué se supone que eso debería tranquilizarme? —Fruncí el ceño confundida.

— ¡Tú! —Kora le señaló con los ojos entrecerrados.

—Yo...—Dijo Logan confuso y Kora comenzó a bajar hacia él.

— ¡Tú! —Forcé una sonrisa mientras me acercaba antes que Kora. — ¡Estás aquí! —Fingí entusiasmarme.

—No, ahora mismo estás hablando con mi holograma, el verdadero está en el sofá. —Ironizó con tranquilidad.

— ¿Cómo puedes estar tan tranquilo, cerdo? —Kora le miró con el ceño fruncido.

—La verdad, es que me veo más como una ardilla...—Comentó él mientras agarraba patatas de la mesa.

—Kora, ¿Hablamos un momento? —Le sonreí falsamente al ver como bufaba al mirarle.

—Ahora mismo voy. —Contestó, pero la agarré del brazo y arrastré de ella antes de que se acercara. —O voy ya... —Habló mientras la arrastraba.

— ¿Qué es lo que haces, Kora? —Cerré la puerta del baño después de mí.

—Lo que se supone que tenias que hacer tú, decirle lo que es. —Dijo cabreada.

—Dios, Kora, no. —Negué con la cabeza. —No pienso reprocharle nada ¿Vale?

— ¿Por qué no? —Estaba flipando.

— ¡Porque no somos nada, Kora! —Las palabras ardieron en mi garganta. —No lo somos, y no tengo el derecho de decirle nada.

—No, Bec, no....—Caminó por el reducido espacio. —No pienses en lo mejor para él...No lo hagas...

—No lo hago, Kora, solo quiero tener la fiesta en paz. —Me encogí de hombros. —Comer pavo, reírme con los chistes de papa y anécdotas del nonno, beber champan, comer pastel de calabaza, abrazar a mamá y pasar un gran día con mi familia, ¿Vale? No quiero peleas, hoy no. —Pedí y ella suspiró.

—Está bien...

—Gracias. —Agradecí.

—Pero no esperes que sea amable con él. —Puntualizó.

Lejos de casa, cerca de ti. ©Where stories live. Discover now