Este es el tercer intento y solo ansío volver a casa. En la primera fui seducido por la heroína para romper mi compromiso con mi prometida la villana, sin saber que ambas se confabularon para traicionarme y termine siendo exiliado. Luego apareció un...
-Mi pobre hermano sigue en cama?! Cielo santo, está tan delgado e irreconocible!- la princesa Priscilla se puso a llorar
Sólo quería leer tranquilo un libro antes de irme a dormir cuando está niña apareció para quejarse. Sin duda se comportaba como su madre y era molesto. Ni siquiera su hermano menor se atrevió a quedarse.
Bastian solo vino a dar la cara y saludar para que no dijeran que era un desalmado que odiaba a su hermano mayor y se marchó. Esta mocosa en cambio, teniendo tanto que hacer y preparar, se la pasaba aquí lamentándose como una magdalena.
-Me encuentro algo cansado así que podrías regresar y atender a los modistos.- quería que se fuera
-No, voy a quedarme contigo. Como tu hermana mayor, debo cuidar de ti.-
-Su alteza, es hora de su medicina. Sharbi, sabes dónde quedaron las pastillas?- las mucamas de la reina se pusieron a buscarlas
-Tal vez esté en el cajón- Priscilla se acercó a la mesita de noche y cuando abrió el cajón, recordé que olvidé ocultar el sello del rey
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*Prast*
-Creo que estaba en la mesada de allá- cerré de golpe el cajón y señalé enfrente
Las mucamas hallaron las pastillas pero Priscilla las cogió violentamente.
-Mi hermano necesita descansar. Yo me ocupo de darle su medicamento, pueden retirarse- despachó a todas las mucamas hasta que quedamos los dos solos
-Bien, tomaré las pastillas- cuando estaba por agarrarlas, las metió en mi boca
-Sabes hermano, creí que morirías cuando avisaron que te habían envenenado- me hizo tragarlas a la fuerza
-Si...cof cof yo también lo creí- Mierda! Casi me atraganto por su culpa.
-Seguro que te aburriste bastante al no poder hacer lo que querías y sin saber lo que pasa afuera. Debió ser terrible!- su tono se voz se ponía cada vez más lúgubre
-No tanto, las mucamas chismosean sobre el exterior y hay mucho para entretenerse- le mostré la pila de libros sobre la mesita
-De verdad? Entonces habrás oído sobre el extraño hombre que apareció de repente. Dicen que ronda el palacio y los alrededores de la ciudad para entregar mensajes alertando sobre el peligro que se avecina-
Estaba seguro que nadie sabía sobre mí pero, cómo acabé siendo un rumor?
-Seh, escuché algo al respecto pero es solo un chisme de gente con ánimo de causar fascinación. No le hagas caso- quise desviar el tema
-Eso crees?! Mira que es algo preocupante, dicen que tiene uno de los sellos de nuestro padre que curiosamente ha desaparecido de su caja fuerte y puede que lo use para fines oscuros- tenía la mirada afilada en la mesita