Él era fuego, ella oscuridad...
Kerianne Shade es asesina y espía de la corte otoño, a las órdenes de lord Beron tiene que manchar sus manos y oídos con muerte y secretos para él. Beron está listo para ceder su gobierno a su hijo sucesor Eris Vanser...
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╔════•| ༒︎ |•════╗
CAPÍTULO 2
Reina Mortal
༺🍁𝙃𝙚𝙧𝙚𝙙𝙚𝙧𝙤 𝙙𝙚 𝙁𝙪𝙚𝙜𝙤🍂࿔ྀ𓆪
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Jurian lo acompañó a investigar a los reinos mortales. Hace una mes su padre había viajado, no le había dicho él motivo o el lugar, hasta que después se enteró que viajo a las tierras mortales. Se llevó a guardias y solo volvieron pocos, lucían extraños como si estuvieran hechizados. Hace dos semanas él los había enviado de nuevo a investigar, su intuición le había avisado desde antes. Pero sus hombres no volvieron. Por eso llevó a sus sabuesos, para que los rastrearan.
—¿Cómo sabía Vassa lo de Koschei? —le preguntó a Jurian.
Él se encogió de hombros —Intuición.
No le creía, hasta donde sabía Koschei estaba a una muy larga distancia de dónde vivía Vassa y no creía que la reina pájaro quisiera visitar a quién la maldijo.
Sus sabuesos eran extraordinarios, perros de humo que poseían magia. Nadie sabía, a excepción de sus padres como los había conseguido. Su madre se los había dado de niño, para que los criara y entrenará.
Los sabuesos se inquietaron al sentir un rastro, gruñeron para que les pusiera atención. Eris se acercó, un cuchillo se encontraba abandonado en el suelo, desapercibido a simple vista. Se inclinó para recogerlo, estaba manchado de sangre. Los sabuesos le confirmaron que era de alguno de sus hombres.
Cuando regresó a su corte, fue a ver a su padre hasta su oficina. La puerta se encontraba entre abierta. Algo inusual ya que él lord era muy específico con su privacidad.
—¿Qué dijo? —preguntó su padre a alguien.
—Creo que ya lo invocó, pero no quiso mencionarme nada. Fue cuidadosa con sus palabras —la voz de Shade le respondió.
Era todo un misterio como la espía se desplazaba entre teritorios de forma veloz.
—Eso no me sirve, no confiaré en ella —dijo su padre.
Eris tocó fuertemente la puerta, empujándola para pasar. El lord estaba de pie frente a su escritorio, le dió una estruendosa bofetada a Shade.
Ella no hizo nada por unos segundo, no mostró nada, giró su rostro de vuelta como si nunca hubiera sucedido nada, con el mentón alzado vió a su lord a los ojos.
—Vuelve allá de nuevo —le regañó Beron —Y tráeme una respuesta que me guste, o te ofreceré a mis hombres como una puta.
Shade hizo algo verdaderamente mágico, un destello de rencor asesino cruzó sus ojos, tan fugaz como un párpadeo desapareció. Le hizo una reverencia a su padre y salió de la sala.
Los odiaba a ambos, a él por cruel y a ella por aceptar ese tipo de trató. Shade era completamente fiel a su padre, jamás cometía alguna indiscreción. Había intentado ganarsela con dinero y muchas joyas, ella los rechazó todos de una manera muy grosera. Incluso la había salvado una vez, cuando era más joven, antes de ser una asesina, un hombre intentó propasarse con ella. Nadie se enteró que después Eris asesinó a aquel hombre, ella no le agradeció y él tampoco lo esperaba. Sin embargo la detestaba porque por más que Beron la tratara como un pedazo de basura bastarda, ella le era completamente leal. Jamás había revelado a nadie más ninguno de los secretos que recolectaba para su lord.
—¿Que quieres? —inquirió su padre volviendo a su silla.
—Los exploradores que enviamos a las tierras mortales, se perdieron —contó Eris.
—Envía a más a buscarlos.
—Ya lo hice, y esos también desaparecieron —se mantuvo tranquilo, aún con el deseó irremediable de querer hacerlo pagar.
Hasta que punto había llegado, para tramar la muerte de su propio progenitor. Lo había hecho en cientos de pensamientos, el como le haría para que pagara todo lo que hizo durante siglos, tanto a su madre como a sus hermanos.
—Mis sabuesos lo detectaron —le tiró el arma que había encontrado. —Sosprechó que los mortales los asesinaron.
—Ya veo, me encargaré de ésto —dijo su padre.
En pocas palabras no haría nada, porque seguramente tenía una idea de lo que estaba sucediendo. Los secretos que le estaba diciendo Shade debían de ser sobre la reina Briallyn.
Eris no insistió más, su padre le había confirmado lo que quería. Él resolvería este asunto por su propia cuenta.
Necesitaba que alguien más investigará para él, alguien de quien su padre si supiera, pero no sé atrevería a decirle nada.
Se quedó de ver con Lucien en su nueva casa, para convencer a Vassa y Jurian que hablaran de ésto con el alto lord noche. Y ya que todas las partes querían saber que tramaban Beron y Briallyn, Lucien pidió algo parecido a una audiencia en la casa de los señores noche.
Rhysand confiaba un poco más en Eris después de convencer a Keir, padre de Morrigan que postergará su visita a la ciudad de fantasía de la corte noche. Lo había hecho principalmente por Morrigan, o más bien ella le hizo recordar que la había abandonado en la frontera herida y deshonrada. Pero aún así ella siempre lo culparía, aunque nadie supiera que fue Morrigan quien le pidió que la abandonará aquella vez.
Así que para ojos de todo el mundo, él siempre sería un mal nacido egoísta que siempre velaba por sus intereses. Era parte cierto, pero también velaba por los intereses de otros y no siempre era egoísta, solo con aquellos que lo merecían.
Vassa y Jurian no revelaron nada sobre que su padre buscaba a Briallyn, pero si fueron muy buenos lanzando referencias para darle contexto a la corte noche sobre la situación. Jurian convenció a Rhysand de que enviaran a su jefe de espías a investigar.
Cuando ya se despedía, atrajo al menos armado mentalmente para ayudarle a lograr sus objetivos, Cassian el ilyrio bastado le puso atención con una sola ofensa que mencionó. Intentó convencerle que tuvieran mucho cuidado al enviar a alguien a investigar, ya que su padre se enteraría y si la corte noche se movía, Beron cambiaría el tablero y Eris ya tenía planeada una jugada.
El ilyrio bruto comprendió, y Eris le dijo que les informaría sobre los movimientos de su padre.
Aunque quería la ruina de su padre, él jamás dejaría desprotegida a su corte y si su padre se aliaba con la reina mortal, otra guerra descompensaría el otoño.
