Capítulo 5

38 5 0
                                    


Mis primeras dos horas habían pasado más rápido de lo que pensé, llegaba la hora donde compartía clase con Valentina; cálculo.

En todo este lapso de tiempo, no había dejado de pensar si tocar el tema o si era mejor fingir que nada había pasado, así como ella estaba haciendo.

Tal vez eso era lo mejor...

—Creo que el destino se empeña en juntarnos.–escuché la voz de Olivia junto a mí, su casillero estaba a dos del mío.

¿Qué es esto? ¿El destino me quiere dar una indirecta?

—Empiezo a creer que realmente me acosas.–bromeé tomando la hoja donde tenía su horario–Estamos en algunas clases juntas.–afirmé reconociendo la próxima, cálculo.

—Gracias a Dios.–levanté la mirada y no pude evitar reír ante su notable expresión de alivio–Te juro que ya estoy harta, todos son insoportables e idiotas que se creen tocados por Dios.–solté la carcajada sabiendo que algo de lo que decía era verdad–En especial una chica que hablaba desde la perspectiva de su perfecta y privilegiada vida. Insufrible.

—Supongo que ya no debo hacer la típica pregunta de cómo te ha ido.–me burlé dándole su hoja del horario–¿No crees que estás teniendo un poco de prejuicios? –negó rápidamente.

—La mayoría pinta a ser insoportable con aires de grandeza.–bufé en una sonrisa algo amarga–Me urge terminar el curso para largarme de este lugar de niños ricos.

Detestaba la negatividad que emanaba Olivia desde temprano, pensé que se le iba a pasar ese humor pero ya veo que no.

—Es tu primer día, falta todo un año para que acabe así que te recomiendo te vayas acostumbrando.–rodó los ojos–Y por cierto, habemos personas muy agradables y no todos tenemos una vida tan perfecta como tú lo dices.

—Alexandra Vandenberg, manejas un Audi a tus dieciocho.–levanté la ceja–Yo comparto un viejo Altima con mi hermano.

—Regalo de dieciséis.–expliqué–Si solo te centras en lo material y minimizas lo mucho o poco que tienes basándote en lo que tienen los demás, créeme que entonces siempre sentirás que no tienes nada.

Mi tono fue un poco molesto, detestaba escuchar cuando alguien se quejaba de algo tan insignificante como lo monetario, se me hacía estupido y a decir verdad, me molestaba más que Olivia hiciera un comentario así aún sabiendo lo que sus padres habían luchado por darle a ella y a Garret.

No se me hacía justo que los demás paguemos platos rotos.

El timbre sonó dando por inicio a la siguiente clase y empecé a caminar haciéndole una seña.

—Está clase la tenemos juntas, es por acá.–ella no dijo nada y solo me siguió.

De reojo observaba como me miraba desconcertada por mi contestación, tal vez fui un poco más brusca de lo que quería.

—Mierda.–escuché el susurro de Olivia al llegar al aula.

Preferí pretender que no la había escuchado porque no quería cuestionar el porqué lo había dicho.

No me correspondía.

Divisé a Valentina que me hizo señas para que me sentara junto a ella, detrás estaba Daniel acompañado de Nate que reía de algo que a él parecía darle igual.

—Voy con mis amigos.–caminé a donde ellos sin decir mencionar más. Olivia solamente asintió y se sentó en un pupitre retirado de donde nosotros.

Aunque no la estaba mirando, podía jurar que ella a mí sí.

—Chicos.–saludé ofreciéndoles una sonrisa que fue correspondida por Daniel.

Cuestión de tiempo Where stories live. Discover now