Uno de tantos

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Se le partía el corazón al escuchar sollozar a Emma, Izana no mejoraba las cosas al reclamar que tardaba demasiado en ir por ellos, se contuvo de llorar al ver a Manjiro abrazado a él llorando, como único remedio les pidió un poco más de tiempo a ...

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Se le partía el corazón al escuchar sollozar a Emma, Izana no mejoraba las cosas al reclamar que tardaba demasiado en ir por ellos, se contuvo de llorar al ver a Manjiro abrazado a él llorando, como único remedio les pidió un poco más de tiempo a sus hermanos escuchando a Emma llorar junto a Izana.

De mala gana se preparó para ir a la cafetería, dejo a Manjaro con la vecina partiendo al trabajo aún con la sensación del llanto presente.

Pocos minutos después Keizo se hizo presente fuera del local vigilando al pelinegro paliducho, esa vez había tenido que ir solo a hacer la ronda de vigilancia, ya que Imaushi se encontraba dando cuentas a su jefe sobre los deudores, una vez acomodado en su sitio veía cada movimiento del contrario, sin duda el chico tenía cierta gracia para sonreír y tratar con la gente, lo observo hasta que se percató como un par de tipos se pasaban de listos con él, justo cuando estaba por salir del auto para ayudar al omega vio como el chico se las ingeniaba para ponerle un alto al par de tipos que lo habían tocado, dejo que Shinichiro manejara la situación a su manera, todo se salió de control cuando uno de los tipos tomo el rostro del azabache dándole un beso, sin pensarlo Arashi se movió con rapidez estampando su puño en la mejilla del sujeto tomando a Shinichiro en brazos de manera protectora saliendo del lugar, para su sorpresa el pelinegro ni siquiera peleaba con él simplemente se dejó llevar hasta el auto donde ambos estuvieron en silencio hasta que la mano del flacucho y pálido azabache se posó en la enorme mano del alfa.

—Gracias, no sé que hubiera pasado si no entrabas, escuché que el dueño de ese sitio suele permitir que abusen de los omegas que trabajan para él ... Yo pude...— Keizo corto de una al pelinegro con un suave beso, Shinichiro cerró los ojos con fuerza quedándose quieto, hasta que de manera torpe siguió en beso delicado, ambos se quedaron quietos el resto del camino a casa del omega.

Al bajar Shinichiro se despidió del alfa con un pequeño beso en la mejilla, la imagen del pálido chico corriendo directo a su casa se le grabó a Arashi en la memoria, toco su mejilla aún sintiendo el beso, beso que esperaba fuera uno de varios más.

Nada convencional.Where stories live. Discover now