Nada convencional.

La deuda

Contaba el poco dinero en sus manos, podía escuchar a Manjiro correr por la sala mientras la televisión anunciaba alguna caricatura nueva, suspiro al saber que ese mes de nuevo el dinero no alcanzaría ni para sus supresores pero si para comprar la comida necesaria para su hermanito.

Contó una vez más el dinero guardando lo separado en los sobres que mandaría a Filipinas para Izana y Emma, al pensar en ellos una punzada dolorosa llego a su corazón, aún recordaba la carita de Emma y la mirada llena de enojo de su pequeño hermano, separarse de ellos había sido doloroso, pero era mejor que tener por el momento a tres niños pasando hambre, suspiro de nuevo al pensar en si mandar a Manjiro con la hermana de su madre era mejor que tenerlo con él pasando tanta miseria junta, si tan solo su padre no hubiera dejado una fila de deudas que ahora el tenía que pagar todo sería diferente, podría estar junto a Emma e Izana pasando las tardes viéndolos reír y jugar junto a Mikey, el pobre niño era quien más resentido estaba con la separación de la familia, limpio sus ojos al sentir las lágrimas bajar por sus mejillas, tomo un respiro antes de tomar su abrigo, darle indicaciones a su hermano y salir a comprar lo necesario para la cena.

Cuando estaba por volver se dio cuenta de que alguien lo seguía, negó apresurado el paso hasta terminar corriendo, su mala suerte atacó cuando frente a el aparecieron dos tipos de repente todo se volvió negro.

Su cabeza daba vueltas, un pitido constante en su oído lo hizo quejarse, su vista poco a poco se adaptó a la poca luz en el lugar donde lo tenían, estaba por decir algo cuando alguien se adelantó.

— De verdad trajeron algo muy bueno esta noche— el desconocido no tardo en acercarse, Shinichiro intento retroceder al reconocer las feromonas de un alfa en el ambiente, sus ojos de pronto cayeron sobre un par de amatistas que lo veían con intensidad.

— Espero que esta noche puedas pagar las deudas que tienes conmigo bonito— Shinichiro lo miro mal, ya tenía que imaginar que aquel encuentro no era más que por las deudas de Makoto su estúpido y muy muerto padre.

Al sitió llegó otro alfa al que observó a detalle, el tipo alto y de piel oscura lo miraba con lástima entendió por qué en cuanto las luces se prendieron y vio a más de un beta en el lugar que no dudaron en atacarlo en cuanto el alfa de ojos violetas lo soltó recibiendo al instante varios golpes.

Miraba mal al par de alfas, Imaushi como había escuchado se llamaba el peliblanco que parecía mandar a toda esa pandilla de matones no dejaba de reírse, todo lo contrario a Arashi que lo curaba con cuidado, cuando el alfa término le sonrió provocando que se sintiera avergonzado.

Sabiendo lo que venía se adelantó un poco sorprendiendo a Imaushi.

— Te doy las escrituras de la casa donde vivo... solamente pido un año para pagar la deuda— Imaushi mordió su labio meditando un poco antes de extender la mano, Shinichiro aún con dudas acepto terminar el trato, si las cosas no salían bien sabia que él y sus hermanos terminarían pagando las consecuencias.