¡HBD SENSEI! 🎉🧡

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Rosho despertó gracias al sonido de su celular.

No era su alarma; lo sabía. Tenía muy bien calculadas sus horas de sueño y aún se sentía cansado.

Luego de un momento de silencio, reflexionó que podría tratarse de una llamada. Lo comprobó cuando este volvió a sonar.

Estaba dispuesto a soltar los insultos posibles en caso de que se tratase de Sasara, pero el nombre es su pantalla era diferente. Sólo un par de iniciales.

Hoy era martes. No tenia razón para llamarle. Es decir... en un momento se verían en la escuela... ¿O es que olvidó que tendrían una junta antes de clases?

De ser así...

¡¡YA SE LE HIZO MUY TARDE!!

Saltó de la cama, pero antes de irse a arreglar, decidió contestar para disculparse.

—¿¡Hola?! D-di... _-______... ¿teníamos junta hoy? Recién me despierto y...

Su pequeña y tierna risa lo interrumpió. Ya no sabía si él era quien estaba equivocado, o ella estaba tomando todo con bastante tranquilidad.

—Nada de eso, Rosho.

—¿Ah, no? Entonces...

—Feliz cumpleaños, sensei.

El corazón de Rosho comenzó a latir con fuerza, y su rostro no podía estar más rojo.

Un pequeño sonido salió de los labios de Rosho, ya que no pudo retenerlo del todo cuando tapó su boca.

—¿Todo bien?

—Eh... s-si...— se aclaró la garganta. —T-te acordaste de mi. Muchas gracias por tomarte el tiempo para felicitarme. Es un... poco vergonzoso cuando lo dicen cara a cara así que, gracias por llamar.

—¿En serio? A mi me parece un gesto aún más lindo que sea de frente.

—No, por favor, no.— dijo soltando una risa algo nervioso.

—Bueno, otra cosa en la que no coincidimos. Está bien si no quieres. Haré de cuenta que hoy es un día común y corriente.

—Perfecto. Entonces... voy a alistarme... y no vemos en la escuela. ¿Está bien?

—Nos vemos más tarde.

—Adiós.

—Adiós, sensei.

—Adiós.

—¡Rosho! Cuelga ya— dijo ella con una risa. Rosho se despidió una vez más y por fin colgó.

A decir verdad, le encantaba hablar con ella por teléfono. Disfrutaba mucho escucharla, pues se podía expresar mejor a través de un aparato que en persona.

Fue a preparar su ropa, luego a preparar su café y finalmente arreglarse lo más que pudo, incluyendo claro, una colonia que sabía le agradaba a la chica. Pensaba no celebrar su cumpleaños, llevándola a cenar a algún restaurante lindo, o quizá solo un almuerzo en la sala de profesores, aun no lo decidía del todo.

Se aseguró de haber guardado todo lo necesario en su maletin, tomó sus llaves y se dirigió a la escuela.

Justo al llegar, fue recibido por varias felicitaciones, tanto de profesores como estudiantes. Había pasado la vergüenza de su vida.

Caminó por los pasillos rumbo a la sala de profesores, donde seguramente su novia ya lo estaba esperando para abrazarlo.

Para su sorpresa, no había nadie, pero si estuvieron allí.

OSAKA DIVISION | ONE SHOTSWhere stories live. Discover now