Catorce

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Ambos omegas habían despertado ya hasta el día siguiente, Harry se quedó a dormir por obvias razones, y tal vez fue la razón por la cuál los dos pudieron descansar, el estar juntos les hacía demasiado bien.

Seguían en la habitación, habían ignorado la alarma de Louis hace unos minutos mientras se seguían besando sobre el nido.

— Se hará tarde — Dijo Harry, separándose sólo un poco del rostro del omega.

— ¿Y? — Buscó más besos.

— Y tengo hambre.

Louis sonrió y le dio un último beso para luego desviar la mirada y pensar.

— ¿Hambre de que tipo?

Harry soltó una risita y pellizco las mejillas e Louis, dejándolas algo rojas.

— De comida, omega, comida de comer... Comida — Soltó, burlesco.

— Creí que dirías que a mi — Hizo un mohín.

— Es que tu eres el postre — Alzó las cejas.

Louis lo dejó en paz después de besarle la frente y Harry se puso ropa de Louis para poder salir de la habitación y bajar.

El omega ojiazul creyó que estaban solos, pues había demasiado silencio en la casa, pero supo que no era así cuando Nate estaba en la cocina, recargado en la encimera y con los ojos algo llorosos, se veía algo decaído, pero pareció recobrar fuerzas al ver a Harry.

— Harry, omega, es bueno verte de nuevo — Empujó a Louis para poder abrazar al rizado, que gruñó y apretó los puños enojado — Tu compañía me cae muy bien en estos momentos.

— Nate ¡ya suéltalo!  — gruñó Louis y le dio un golpe en la espalda con el puño cerrado.

El alfa gruñó molesto y se giró para verlo a pesar que ni siquiera le había dolido, pero se había atrevido a pegarle.

Harry aprovechó para salir de su alcance y tomar a Louis de la mano y ponerse frente a él, bloqueando el paso del alfa, sabía que a él no le haría nada, y le molestaba demasiado que Nate prefiriera lastimar a su propio hermano antes que a él.

— Nate, deja de ser imbécil, no quiero tenerte cerca de mi, no me importas tu ni lo que sientas — Soltó Harry, algo furioso y con su instinto protector al máximo al sentir a Louis teniendo miedo detrás de él.

Nate les dio una media sonrisa algo cínica.

— No me digas, mi hermanito ya te lavó el cerebro — Dijo, con sus brazos flojos en los costados — Felicidades Louis, al fin el dar lastima te dio resultado.

Harry apretó la mandíbula y le dio un mínimo empujón a Nate para que dejara de estar cerca de ellos.

— No le hables así, alfa estúpido — Le gruñó, sabiendo lo mucho que le podía a los alfas tratarlos como inferiores a ellos.

Y aunque la diferencia de altura era demasiada entre los omegas y el alfa, esto no lo detuvo para acorralarlos a ambos en una esquina del comedor, el omega rizado se encogió de hombros al oler su enojo y frustración y Louis ya sollozaba bajito detrás de él sin poder reaccionar a algo.

El más alto vio las manos de los omegas unidas y una pequeña marca en el cuello de Harry que se borraría en unos días, eso le dio muchísimo coraje, pero no pudo hacer nada por la advertencia de su padre llegando a la cocina.

— Nate, déjalos tranquilos... Ahora — Demandó con toda la autoridad que le pertenecía, y por ser su padre, su voz de mando le resonó por la cabeza unos segundos, obedeciendo de inmediato.

El alfa menor pasó por aún lado de su padre para salir de la cocina enojado.

Louis y Harry se relajaron de inmediato, pero siguieron en el mismo lugar, sin atreverse a dar un paso por el padre de Louis, que también se veía algo decaído.

Entonces el omega ojiazul suspiró y decidió preguntar.

— ¿Q-qué pasa? — Titubeó.

El alfa negó cabizbajo y siguió abotonando los botones de sus mangas.

— Murió mi hermano Dale, Nate y yo saldremos de la ciudad dos días para ir al funeral — Suspiró y empezó a revisar que la alacena y refrigerador estuviesen llenas — Tu no lo conociste, pero... ¿Quieres ir?

Louis negó y su padre asintió, para luego acercarse finalmente y darle un beso en la frente, vio a Harry también, que miraba atento todo, y sólo le dio una palmada en el hombro, haciendo al omega soltar una mueca.

— Hay todo aquí — Avisó, señalando la alacena y luego salió de la cocina — Nada de fiestas, mocosos — Dijo, desde la salida.

Harry suspiró y se giró para ver a los ojos finalmente a su novio, lo inspeccionó completo.

— ¿Estás bien Lou? ¿Te sientes mal? — Lo tomó de las mejillas y luego le dio un besito en la nariz.

— Estoy bien Hazz, solo me asuste — Dijo, apenado.

— Tranquilo cachorro, estamos juntos.

Louis sonrió totalmente enamorado.

Se dieron un beso corto y un abrazo, para luego ponerse a hacer algo de desayunar.

— Nate me decía que eres su destinado — Soltó el ojiazul de repente con disgusto, como si fuese la frase que más le quemaba en el pecho y la garganta.

— Nate dice muchas estupideces, deberías de saberlo — Dijo, sonriendo y dándole un empujoncito con la cadera.

— De verdad no sé qué tiene en la cabeza, tiene veintidós años, por la luna... Ahora entiendo por qué está soltero.

Harry rió y se limpió las manos en una toalla de cocina, luego se acercó al omega y lo sostuvo por la cintura, acercando su rostro al de él.

— Quiero besarte, Lou.

El omega más bajito cerró los ojos y asintió.

— ¿Y por qué no lo haces?

— Me gusta ver tu rostro así... Ansioso y bonito.

Louis sonrió y acercó más su rostro los centímetros que faltaban para poder besarlo, aún con timidez y sintiendo las mariposas en su estómago aún más fuertes.

— Hoy estoy muy feliz... Aunque mi hermano haya sido un idiota — Dijo Louis después de separarse.

— ¿Ah si? ¿Por qué?

— Uhm, no lo sé... Digamos que tuve una compañía muy buena anoche.

— ¿Buena compañía o... Buena noche? — Preguntó, mientras balanceaba el cuerpo de ambos a los lados, aún abrazados.

— Buena noche, la compañía a veces es muy refunfuñona.

Harry le dio un golpecito en el costado y se alejó de él para servir su propio desayuno.

— Pues esa compañía hará que hoy pases hambre — Dijo, yendo al comedor.

Louis lo miró de arriba a abajo, viendo cómo su ropa le quedaba perfecto y se ajustaba en los lugares indicados.

— No lo creo.

little cuddless • omegaverse Où les histoires vivent. Découvrez maintenant