Cuatro

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El día estaba un poco extraño, o al menos así lo sentía el omega rizado, en la mañana despertó tarde y se le pasó el autobús, se le cayó el almuerzo en el receso y Louis terminó compartiéndole el suyo, y ahora, el alfa que pretendía a Louis iba con ellos camino a casa del ojiazul, no lo dejaba de abrazar y hacerle cariñitos en la mejilla, Harry rodaba los ojos a cada rato.

—... ¡Te lo juro! Desde entonces finjo estar dormido para no darle los asientos a las señoras, es... Muy extraño — Oyó decir al alfa a sus espaldas.

Escuchó la risita de Louis y se detuvo cuando llegaron a la casa, esperando que su amigo abriera.

— Louis apúrate, hace mucho frío. — Gruñó.

— Oh, si, ya voy Hazz — Dio pasitos más rápidos con las llaves hasta llegar a su lado.

— No me digas Hazz — Murmuró, con el ceño fruncido y los brazos cruzados.

— Hazz suena lindo, es... Un diminutivo muy bueno — Dijo Zayn, tras de Louis.

El rizado rodó los ojos y entró a la casa, ignorando a los otros dos que se quedaron conversando un rato más afuera.

Subió a la habitación de Louis y suspiró al tener contacto con ese tenue olor entre las paredes, así que por inercia se recostó en la cama en posición fetal y enterró la nariz en la almohada para oler más. Se tranquilizó mucho, incluso dejó de sentir la presión en su pecho que le dio cuando Zayn llegó a ellos.

Lo asustó la puerta abrirse de nuevo, pues estaba casi quedándose dormido.

— Perdón, puedes dormir si quieres ¿Estás muy cansado? — Louis dejó su mochila y se sentó en la orilla de la cama.

— No, sólo tengo sueño.

— Está bien — Louis le acarició parte del cabello y Harry removió su cabeza, pero sin intenciones de alejarlo — ¿Tienes todo listo para mañana?

Harry vio a Louis levantarse y empezar a tomar cojines y almohadas de su cama. Él se puso de pie también y fue al mueble en donde el omega guardaba sus sábanas para sacar algunas.

— Si, puse ropa extra por si la necesito, deberías hacer lo mismo.

Harry puso una cobija gruesa en la esquina del suelo y Louis dejó caer los cojines, acomodándolos alrededor.

— Ya lo hice Pooh, también compré malvaviscos para comer en la noche, en la fogata.

— Okey — Murmuró y se tumbó entre las mantas y almohadas cuando estuvieron bien acomodadas, Louis se recostó a su lado.

Ambos se quedaron recostados y Louis se puso de costado para mirar a Harry. Tenía sus rizos cortos casi en los ojos, y sus labios estaban fruncidos en un pequeño puchero, tenía frío, así que se acercó y recibió una mirada seria por parte del omega.

— ¿Que haces? — Preguntó el rizado.

— Estás helado, dame tu mano.

Harry tardó en hacerle caso, y solo levantó su mano para ponerla frente a él, Louis entrelazó sus dedos y se pegó totalmente a Harry, escondiendo sus manos entre ellos, para calentarlas.

— Ya no tengo tanto frío — Dijo Harry, por lo bajo.

— Eso es bueno... ¿Puedo abrazarte?

Harry negó y solo se removió un poco para estar cómodo.

— Está bien así.

— ¿Por qué no? Así podrás entrar en calor más rápido.

— No quiero exactamente un abrazo.

Louis asintió y también se movió, solo para quedar totalmente pegado a Harry, con sus piernas ya entrelazándose.

Ambos tenían ya sus ojos cerrados, el calor y la cercanía eran tan reconfortantes que podían quedarse fácilmente ahí para siempre.

— Hueles muy bien — Soltó Harry, con intenciones de buscar el cuello de Louis, el ojiazul se lo permitió y dejó que el omega olfateara su fuente de olor lo que le placiera.

Louis suspiró cuando Harry rozó su nariz en la piel sensible y giró su cabeza, rozando sus narices ahora.

Estaban realmente cómodos, y hubiera pasado algo más si Nate no hubiese abierto la puerta sin tocar.

— Louis tienes mi reme... ¿Que hacen? — Se cortó, al ver como los omegas se separaban y se sentaban, a regañadientes.

— Na-nada, ¿Qué quieres? — Preguntó Louis poniéndose de pie y tapando la esquina de su habitación, pero era imposible, pues Nate era mucho mas alto que él.

— ¿Hicieron un nido?

— No es un nido... Que te importa, vete de aquí. — Intentó empujarlo pero su hermano ni siquiera se movía un centímetro, solo miraba a Harry.

— Hola Harry ¿Quieres ir conmigo? Voy a comprar algo para comer.

— No.

Louis sonrió de lado al escuchar la respuesta ronca y enojada de Harry.

— Puedo traerte algo, ¿Te siguen gustando las gomitas?

A Harry le gustan mucho las gomitas, Pensó Louis.

— No Nate, estoy bien.

Louis siguió empujando a Nate hasta que lo sacó de la habitación.

— Nos vemos luego, ya sabes, por nuestra cita. — Louis le cerró la puerta en la cara.

El ojiazul bufó y echó aromatizante de frutas para que el olor alborotado de Nate se esfumara de su habitación, luego miró al rizado, con un enojo o tristeza en el pecho.

— ¿Vas a salir con él?

Harry encogió sus hombros, no quería que Louis se enterara, pero conociendo a Nate eso iba a ser algo imposible.

— Aún no, pero quedamos para el fin... Solo es para que no moleste más y vea que no soy lo que él busca. — Le restó importancia y se puso a revisar su teléfono.

— Pero saldrás con él... Conmigo nunca quieres salir — Dijo, con voz apagada.

— Louis, siempre estoy contigo.

No de la forma que yo quiero.

— Te invito a cenar el Lunes entonces.

— Louis...

— ¿Por qué me dirás que no esta vez? — Soltó, algo molesto.

— No iba a decirte que no... solo que, creo que ese día no podré.

— Ni el siguiente, ni el siguiente.

Harry ya no dijo nada, solo se levantó cuando Louis iba a recostarse en ese lugar por que le dio una mirada de no querer tenerlo cerca.

— Louis, no te enojes, podemos... sabes qué olvídalo, no tengo tiempo para esto —  Tomó sus cosas y salió de la habitación, y luego de la casa, dejando a Louis llorando bajo y abrazando la almohada en la que anteriormente Harry estaba recostado.

Tal vez debería replantearse la idea de que le gustaba Harry, y mejor olvidarlo de esa manera y buscar un buen alfa que si lo quisiera.


little cuddless • omegaverse Where stories live. Discover now