Capítulo ocho: Secuestro

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–¡¿Me estás diciendo que mi esposo y la que es posiblemente mi hija estuvieron aquí?!– preguntó Samantha completamente enfurecida

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–¡¿Me estás diciendo que mi esposo y la que es posiblemente mi hija estuvieron aquí?!– preguntó Samantha completamente enfurecida

–No voy a decir nada– dijo Stone que se veía muy tranquilo ante una policía enfurecida

–¡Samantha! ¡Trata de calmarte!– dijo Emma tomando a su amiga, alejándola del acusado

–¡¿Cómo putas crees que me voy calmar si este imbécil de criminal pudo haber lastimado a mi hija y que cree que mi esposo está vivo?!– dijo Samantha al borde de un colapso

–Ex-esposo.

–¡Cállate!

–Solo me voy a callar porque estás a punto de tener un colapso mental. Sé que las cosas han estado más que terribles desde las últimas ciento doce horas, pero si te alteras más las cosas van a salir peor.

Samantha logró calmarse un poco mientras Emma se dirigía a Stone:

–Una niña– dijo

–¿Y?– respondió Stone

–Una niña de once años, cabello negro y ojos azules. ¿Qué le hiciste a la niña?

–Nada.

–¡Estás mintiendo!

–¿Por qué iba a lastimar a una niña?

–Lastimaste a más de quinientas millones de personas en doce estados.

–En primer lugar la niña es inteligente, en segundo esas cosas saben amarrar muy bien y en tercero no iba a dejar que los que se hacen llamar "policías" lastimen a una niña y sus amigos, las cosas raras y el gato parlante.

–Insultar a las autoridades es un delito el cual...

–¿Cómo que amigos?– dijo Samanta interrumpiendo a Stone –mi hija no tiene amigos.

–Ahora los tiene– dijo Stone

–Está mintiendo.

–Pregúntele a ella.

–¿A dónde se dirigieron ahora?

Stone no dijo una sola palabra:

–¡¿A dónde se dirigen ahora?!– preguntó furiosa Samantha golpeando sus puños contra la mesa que intervenía entre las dos policías y Stone mientras ambas estaban esperando que Stone diga algo a pesar de que solamente pestañeó lentamente

–Va a tratar de devolver a sus amigos a sus universos– dijo al fin

–¿Universos?

–Le explicaré señorita: "Samantha Pérez"– dijo leyendo la placa que estaba en el bolsillo de la pechera de Samantha

   –Le explicaré señorita: "Samantha Pérez"– dijo leyendo la placa que estaba en el bolsillo de la pechera de Samantha

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