Capítulo tres: ¡Apocalipsis zombi! O... ¿algo más?

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Algo que no tenían en cuenta los siete chicos era que por el rompimiento del espacio-tiempo no solamente ellos habían logrado llegar a la dimensión de la peli negra, sino que también había logrado hacer que los enemigos de cuatro de estos chicos t...

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Algo que no tenían en cuenta los siete chicos era que por el rompimiento del espacio-tiempo no solamente ellos habían logrado llegar a la dimensión de la peli negra, sino que también había logrado hacer que los enemigos de cuatro de estos chicos también llegarán a la dimensión en la que se encontraban ahora.

En el universo en el que vivían Coraline y Wybie la otra madre logró conectar esa pequeña puerta que unía su mundo y el mundo original de Coraline para poder llegar al mundo en el que esta misma se encontraba con sus otros seis "amigos".

Uno de los zombis del universo de Norman entró al portal que se había abierto dándole paso a Norman de llegar a la dimensión, Agatha presenció como aquel chico entraba al portal pero ella sabía perfectamente que ese chico podría encontrar otra manera de que escuche la misma historia que llevaba escuchando durante más de trescientos años así que con su poder logró obtener su forma de espíritu para entrar al portal.

Hurtado veía las maneras para poder entrar al lugar en los que se encontraban los boxtrolls y en uno de ellos vio un portal y al recordar que esos mismos colores habían en la coladera en la que escaparon Pez, Huevo y Winnie. Y como dijo que capturará y destruiría al último boxtroll de Quesavilla, incluía a esos dos, así que entró dándole órdenes a sus "títeres".

Y las hermanas de la madre de Kubo después de haber dejado sin vida a su hermana vieron el pequeño portal en el cielo claramente decidieron ir a ese desconocido mundo con tal de quitarle a Kubo su otro ojo y llevárselo al rey luna.

Mientras sus enemigos encontraban, los portales los siete chicos estaban tranquilamente desayunando unos waffles que Cynthia había cocinado para desayunar.

Como la noche anterior el silencio era el que había en el comedor y solo se escuchaban los cuchillos partiendo los waffles y al hacerlo se escuchaba cuando estos chocaban contra los platos.

De repente escucharon un maullido, Coraline reconoció ese maullido y salió al jardín delantero para volver al comedor junto con un gato negro de unos ojos de color azul:

–¿Por qué dejaste entrar al gato de la vecina?– preguntó Cynthia mientras se levantaba de la mesa y se acercaba al gato

–Es por esto que los humanos tienen nombre– habló el gato sorprendiendo a todos en la habitación

–E-el g-g-gato esta ha-ha-hablando ¿o ya me volví loca?

–No. Si está hablando. ¿Cómo es que estas hablando aquí si no tendrías la habilidad aquí?– preguntó Coraline

–Por lo visto gracias al rompimiento del espacio-tiempo nuestros universos los cuales existen en esta dimensión, se han mezclado logrando que ustedes terminen aquí y que yo tenga la habilidad de hablar en este mundo ¿aquí hablan los gatos?

–No– dijo Cynthia aun confundida pero de repente su mente recordó algo que había visto anteriormente –un momento.

Rápidamente Cynthia subió a su habitación seguida de los seis chicos. La pelinegra prendió su computadora y le envió un mensaje a su maestra de física:

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