Kim

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-No- Digo negando con la cabeza rotundamente.
Tanya llevaba 10 minutos intentando convencerme de ir a una fiesta a la que no tenía intenciones de ir.
-Creí que te encantaban las fiestas. -Dice ella en tono suplicante.

Dejemos algo claro: Solo porque me encantan las fiestas no significa que me apetece ir a una todos los días.
-Tan, en serio, no se como estas de humor para fiestas después de lo de ayer. Además mi mamá no trabaja esta noche, jamás me dejaría ir.
-Es por eso que no le diremos la verdad. Vamos, levántate, no aceptare un no por respuesta. Vas a acompañarnos, estaremos ahí un rato, regresaremos y mañana estudiaremos para ese estúpido examen. ¿Está bien?
¿Alguna vez han tratado de llevarle la contraria a Tanya West? No lo hagan a menos que quieran morir lenta y dolorosamente.

***
Unos minutos después me encuentro caminando a mi casa después de que Tanya me diera órdenes sobre lo que tenía que hacer y decirle a ni madre.
Adivinen quien esta yendo a una fiesta esta noche.
Sip. Yo.
Suspiro fuertemente.
Nadie tiene ganas de salir un sábado por la noche cuando podrías estar viendo películas románticas mientras comes palomitas y helado al mismo tiempo.
A quien quiero engañar. Moría por ir a esa maldita fiesta.
Adivinen la razón.
Ajap.
Daniel West.
Así que cuando entro a mi casa estoy deseando que mi mamá no decida ponerse sobre protectora y no me deje salir.
Soy un desastre. ¿Desde cuando un chico guapo al que ni siquiera conozco me hace desear cambiar mi noche de sábado?.
-Hola, cariño -Saluda mi mama cuando me oye entrar.
-Hola, mamá. -Digo mientras me acerco para darle un beso.-Cuando me fui aun estabas dormida, no quise despertarte.
-No te preocupes, cielo. ¿Cómo está Tan? Creí que verían películas hasta tarde como siempre.
No menciono que la tradición de sábados por la noche acaba de verse interrumpida por una fiesta universitaria. No creo que le guste mucho. Así que en lugar de eso, le cuento sobre Daniel y su regreso a la ciudad.
-Crei que no regresaría hasta Navidad, sus padres deben estar muy felices.
-Creo que sus padres aún no lo saben, no han regresado de su viaje de negocios.-Digo mientras tomo una zanahoria que mi mama acababa de cortar y la muerdo ruidosamente.
-¡Mi zanahoria!-Dice mi mama riendo- Bueno, estarán muy felices cuando regresen. Estaba preparando la cena. Acaban de llamarme del hospital y necesitan que cubra el turno de Cami, al parecer esta enferma, así que dejare la cena lista, para que cenes cuando quieras ¿está bien? Tengo que apresurarme, es tardisimo.
Mi madre es enfermera en el hospital de la ciudad, y siempre ha tenido el turno de la noche, ella dice que le gusta mas, porque es más tranquilo, sin embargo con mis horarios de la escuela casi no nos vemos, salvo los fines de semana y a veces eso la hace sentir culpable.
-Mamá, mamá, esta bien, respira, puedo cuidarme sola, tengo 18 años recuérdalo. Ve tranquila a tu trabajo, prometo no quedarme despierta después de las 10.
Mi madre ríe.
-De acuerdo. No olvides cepillar tus dientes.-Bromea.
Me abraza y unos minutos después sale de casa, dejándome sola y libre de ir a una fiesta con universitarios locos.
Genial.

***

Decidí que no usaría vestido esa noche. Así que cuando salgo en mis jeans, una playera blanca y una camisa de cuadros, sintiéndome totalmente culpable por mentirle a mi madre y salir sin su permiso, y encuentro a Tanya en un vestido de noche y con tacones no podría sentirme peor.
-Creí que dijiste que solo iríamos a la casa de un amigo de Daniel.-Digo.
-Si, pero nunca es mal tiempo para usar un vestido. Ahora ¿puedes decirme por qué estas vestida como si fueras a ir a visitar a tu abuela?
-¿Que tienes de malo lo que llevo puesto? -Digo, con fingida indignación.
-Nada, solo que jeans y converse no habría sido mi primera opción si me hubieras preguntado.
-Es por eso que no lo hice.
-A mi me parece que te ves bien.-Dice una voz detrás de nosotras.
Al voltear encuentro a Daniel saliendo de su casa. Con jeans, una playera blanca y una chamarra gris.
Luce como si acabara de salir de una revista de moda. Y ¿fue mi imaginación o acaba de decir que me veo bien? Si, creo que lo dijo. Sonrío.
-Acaso eso fue un cumplido.
-No. Solo fue una constatación de los hechos.
-Para mi sonó como un cumplido-Dice Tan.
-¿Nos vamos o que? -Pregunto.
-Por supuesto, bellas damas-Dice Dan, señalando su auto.
Tan y yo nos reímos mientras subimos.
Esta va a ser una noche interesante.

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