Dan

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Odio las fiestas.
Especialmente ese sentimiento que te provocan.
La gente finge, te hacen creer que eres uno de ellos y luego te dan una patada en el trasero a la menor oportunidad.
Así que imaginen mi sorpresa cuando llegue a MI casa, después de pasar 6 meses fuera, y la encuentro llena de bravucones y chicas en poca ropa, bailando y bebiendo por todo el jardín.
Esto tiene que ser una maldita broma.
Le doy un billete al taxista y bajo mis cosas mientras pienso en la mejor forma de asesinar a Tanya. Esto debió de ser su idea.
Mi hermana menor nunca desaprovecharía una oportunidad como esta. Con nuestros padres fuera de la ciudad, podría incluso quemar la casa sin ningún problema. Y valla que lo haría.
Paso en medio de una pareja apunto de besarse. Los miro con cara de pocos amigos.
-Si yo fuera ustedes, me largaría antes de que llame a su mami y terminen castigados por un mes. -Les digo sarcásticamente.- ¡Eso los incluye a todos! -Grito girando al rededor para asegurarme de que todos escuchen.
Las personas del jardín comienzan a irse, diciendo cosas como "amargado" o "aguafiestas". Muy maduros, definitivamente.
Me acerco a la puerta principal con mi maleta en una mano.
Respiro fuertemente, preparado para entrar al mismísimo Pandemónium.
¿Pandemónium dije? No. Esto es peor. Mucho peor.
Hay personas por todos lados. Chicas bailando sobre el desayunador de la cocina. Adolescentes bebiendo de un vaso al que acaban de lanzarle una pelota de pin pon. Una chica bailando en bikini. Un muchacho vomitando en la... Wow, wow, wow, ¿acaso dije chica bailando en bikini? Si, definitivamente es una chica bailando en bikini. Sobre la mesa de café preferida de mamá, nada menos. Ella podría quedarse. Seria... divertido.
Sacudo la cabeza, reprendiéndome  mentalmente por lo fácil que me distraje. Concentración.
Miro al rededor, buscando a mi hermana, pero no logro verla por ningún lugar.
Me dirijo a su habitación pero tampoco está ahí.
Dejo mis maletas cuando paso por la mía y continuo la búsqueda.
-Solo un poco de descanso. Un maldito descanso ¿es mucho pedir? - Digo, mirando hacia el cielo, rogándole a todas las fuerzas divinas por un poco de paciencia.
-¡Dany! -Grita alguien detrás de mi.
Al voltear, descubro a Tanya, recargada contra una chica un poco mas alta que ella, de cabello castaño rizado y ojos claros. Tanya corre hacia mi, deshaciéndose del apoyo de su amiga.
-¡No pensé que regresarías hoy! ¿Por qué no me dijiste? - Dice mientras me abraza fuertemente.
Esta ebria. Por supuesto.
-¿Tan, que estas haciendo? - La regaño, tomando sus brazos y alejándolos de mi. - ¿Una fiesta? ¿En serio? Quiero a todos fuera de casa en menos de 5 minutos o llamare a la policía por invasión de propiedad privada y esto no terminara bien. Y ahora, si no te molesta, tratare de descansar un poco, porque después de un vuelo de 12 horas no estoy de muy buen humor.
-Pero... Dan... - Dice mi hermana en voz baja y con ojos suplicantes.
-No.
-Lo siento -Responde al darse cuenta de que no voy a ceder.
-Esto es mi culpa - dice una voz de repente. Miro a la chica que esta unos pasos atrás de nosotros. Al parecer ella es la que acaba de hablar. No respondo, pero ella continua- Esta fue mi idea, Tanya no tiene la culpa.
No le creo. La chica no sabe mentir. Aprieta los labios cuando lo hace. Además conozco a mi hermana. Sin embargo no digo nada. Solo la miro con el sueño fruncido, tratando de adivinar por qué mentiría por mi hermana. Al parecer Tanya al fin consiguió una buena amiga. Me doy la vuelta.
-Más vale que todo esté limpio cuando despierte- Les digo sin mirarlas, mientras me voy a mi habitación. Dispuesto a dormir unas 20 horas.

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