¿Quién es?

583 58 1
                                    

Se sentía raro, no se, ¿cómo espiado?, desde hace ya varias noches que no se encuentra cómodo en su dormitorio, siente que lo observan, pero cuando voltea específicamente al lugar donde siente que es, no se encuentra nadie.

Se siente agotado por eso, es cansado estar con el pendiente de que no te vayan a hacer nada malo, puesto que ya ha sentido como lo tocan en la noche mientras duerme.

Quiere pensar que es solo su imaginación pero no es así, realmente siente como tocan su cuerpo, como lo besan, pero como tiene un sueño muy pesado, no logra hacer nada.

Una vez vio una sombra mientras se bañaba, eso le dio mucho miedo.

Ahora se encontraba bañándose, trató con todas sus fuerzas no pensar en eso, ni tampoco en abrir los ojos.

No quería ver ni pensar nada que estuviera relacionado con eso, por una vez en todo lo que llevaba ese mes.

Cuando terminó de bañarse, se puso su ropa cómoda, que consistía en una playera de botones Blanca que llegaba a sus muslos, con un short negro.

Seco su cabello con la secadora y dejo que sus rulitos naturales salieran, se colocó aceite en estos y procedió a acostarse en su cama.

Milagrosamente hoy no sintió esa mirada.

Había pensado en contárselo a alguien, pero no se ánimo a decirlo, ¿que pasaba si le hacían daño a esa persona solo por su culpa?, no dejaría que sucediera eso.

También trató de decírselo al general Jeon, pero fue inútil, ya que este solo lo evade poniendo de pretexto que esta ocupado con lo de Japón, ¿cree que es idiota y no sabe que los dos presidentes llegaron a un acuerdo y ya no iba haber guerra?.

Rápidamente cayó en brazos de morfeo, ya que hoy fue un día agotador, el general Jeon les había puesto un entrenamiento muy duro a los civiles, logrando que los más débiles tuvieran que ir a enfermería por suero o vitaminas, o hasta a enyesar fracturas.

Después de unas 3 horas, se encontraba plácidamente dormido con las sábanas casi tiradas en el suelo, cuando repentinamente una mano viajó de sus rodillas, a su trasero, apretando este a su paso.

Soltó un gemido de dolor, y se volteó dándole la espalda a ese molesto dolor, o motivo del causante.

Y otra vez esa mano hizo lo mismo, joder, ¿que esa persona no lo dejaría dormir?.

Cuando sintió que esa mano iba a dar otro apretón, la tomó con fuerza y se sentó rápidamente en la cama, tratando de ver al causante, fallando en el intento puesto que las luces se encontraban apagadas.

—Maldita sea!, ya déjeme en paz, no se quien demonios es, ni el por qué me acosa, pero es fastidioso que ya ni siquiera me deje dormir!, n-.—El castaño iba a seguir hablando, pero el contrario no lo dejó, pues se lanzó a sus labios, mientras lo recostaba en la cama y se posicionaba en cima de este.

General jeon. KookVWhere stories live. Discover now