Se inclinó juntando sus labios el cual no tardó en volverse aún más agresivo mientras dejabas que su lengua entrara en contacto con la tuya, tus manos subieron hasta su entrepierna notando el cómo lentamente lograbas ponerlo como querías.
Desabrochaste lentamente su pantalón y con su ayuda lo bajaste solo un poco dejando al descubierto su boxer el cual dejaba que se marcará deliberadamente en este.
Un gemido ahogado salió de sus labios al sentirte rodear la punta con su dedo pulgar, te separaste de su beso y sabiendo lo que tenías en mente se recargo en el sillón colocando un brazo en el respaldo y su otra mano tomando tu cabello en un puño relamiendo sus labios al verte como comenzabas a lamer de abajo hacia arriba poniendo total atención a aquellas venas sobresalientes de su piel.
Una vez que llegaste a la punta tus labios envolvieron esta succionando un poco y lentamente fuiste tomando un poco más, ahuecando tus mejillas
—Amor.—jadeo en voz baja, levantando sus caderas.
Adorabas que te nombrara así, lo hacía aún más íntimo, el cómo acariciaba tu nuca y dejaba cariños en tus mejillas mientras lo tomabas.
Cuando por fin sentiste que su pubis toco tu nariz un gemido ronco salió de sus labios mientras cerrabas los ojos y tratabas de evitar las náuseas, escuchabas suspiros, halagos entrecortados pero sobre todo él como sus caderas se levantaban involuntariamente al comenzar a acariciar con tus manos lo que no era posible llegar a tu boca.
—Si.—bufo—Mi nena hermosa.—gimió dejando caer su cabeza en el respaldo del sillón.
Levantaste tu mirada sobre tus pestañas y río mordiendo su labio inferior.
—Si me miras así tendré que correrme en tu bonita cara de ángel.—acaricio tu mejilla e inconscientemente asentiste—¿Oh eso quieres?—volviste a asentir—Tus deseos son órdenes, continua nena, se buena para mi.
Volviste a lo que estabas haciendo, ahuecando tus mejillas mientras subías y bajabas sin despegar tu mirada de la de él, pasabas tu lengua cada que podías y seguías acariciándolo con tus manos lentamente hasta que sentiste sus muslos temblar.
—Abre la boca nena.—ordenó mientras te separaba de él.
Obedeciste mientras veía como se seguía acariciando frente a ti hasta sentir ese particular y caliente líquido entre tus labios, jadeaste gustosa al sentirlo correr por tu barbilla y lo limpiaste de inmediato sonriéndole.
—Mereces un premio, ¿No es así?
—Sería lo menos que me merezco.—reíste y negó divertido.
Se levantó acomodando su ropa y tomando tu mano te levanto quedando frente a frente.
—¿Me cargas?—pediste haciendo un puchero.
Divertido rodó los ojos y con un solo brazo rodeo tu cintura levantándote mientras enganchabas tus piernas en su cadera, rodeaste su cuello con tus brazos escondiéndote en su cuello.
Camino hacia la habitación mientras dejaba besos en tus mejillas o en tus labios murmurando palabras bonitas logrando que tu corazón se hinchara solo de escucharlo.
Cuando te dejó en el piso te detuvo y él mismo rápidamente se quitó la ropa quedando solo en ropa interior, se dejó caer en la cama, se apoyó en ambos codos y sonrió.
—Siéntate sobre mi amor.—pidió—Solo quítate tu bonita ropa interior, ¿De acuerdo?
Asentiste gustosa obedeciendo y al hacerlo subiste lentamente hasta su cadera, negó y con su ayuda dejo que tu intimidad quedara frente a su cara.
𝐉𝐮𝐥𝐢𝐚𝐧 𝐀𝐥𝐛𝐞𝐫𝐭 𝐈𝐈
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