M. M. A

Capítulo 17

"Yo la traje."

Los caballeros que me arrastraban sin decir palabra abrieron la boca después de arrodillarse frente a un hombre de mediana edad que esperaba en la habitación.

Miré hacia arriba para ver al hombre que debe haber planeado todo esto.

Nuevamente, la cara esperada estaba allí.

Era el hombre noble que encontré en el camino.

Un noble considerado que me dio monedas de oro como muestra de misericordia e incluso incluyó a un caballero diciendo que el camino era peligroso.

No, el secuestrador que me hizo pensar de esa manera.

De lo más profundo de lo más profundo brotó un llanto y un arrepentimiento.

“…  …  ¿Por que me esta haciendo esto?"

Preguntó con voz temblorosa, una mezcla de ira y miedo.

"Hmmm."

En lugar de responder a mis preguntas, el noble observó mi mirada desordenada.  Era una actitud que parecía echar un vistazo detallado a las cosas que había comprado por impulso.

"Por favor déjame ir.  No le diré a nadie.  Me callaré, así que déjame regresar a casa".

Me arrodillé y supliqué.  Bajé mi cuerpo hasta el punto de ser sumisa, pero mi orgullo no resultó herido en absoluto.

Solo estaba rogando sinceramente que esperaba que pueda liberarme a salvo.

No sé qué quiere este hombre, pero soy una chica común sin nada, así que déjame ir.

Pero.

"Se parecen."

La voz satisfecha que vino después del silencio rompió mi débil esperanza de que pudiera ser liberada.

"Tú debes ser mi hija".

"¿Si?"

"De ahora en adelante, vive como mi hija muerta, Helena".

Era una orden.

No entendí muy bien lo que estaba diciendo, pero sacudí la cabeza ante el rechazo instintivo que sentí.

“No, no me gusta.  Soy-"

“Dicen que tu familia vive en un lugar angosto y sucio como una ratonera”.

Sin darme cuenta, negué con la cabeza.

El hombre noble que hizo contacto visual sonrió maliciosamente y continuó jugando con el arma de caza en su regazo.

"¿Debería ir a cazar ratones de campo después de mucho tiempo?"

No pude resistir la amenaza de matar a mi familia si no seguía las órdenes.

* * *

La vida como reemplazo de Helena fue terrible.

La condesa me presentó como “la hija que recuperó la salud después de recuperarse en el campo y volver a casa”.

Sin embargo, no pudo engañar ni siquiera a las personas que trabajaban en la mansión.

Los usuarios que conocían el interior me llamaban 'Señorita Helena' por fuera, pero por dentro me ignoraban.

Era evidente por sus ojos y tono de voz que estaban insatisfechos de que una mujer humilde como yo se atreviera a tomar el lugar de 'Su Helena'.

Eso no fue todo.