M. M. A

Capítulo 18

"¡Qué significa todo esto!"

El conde Larestine corrió desenfrenado, tratando de anular su testamento.

Sin embargo, incluso el sacerdote que recibió el dinero atrasado de él negó con la cabeza con una mirada de vergüenza.

"Lo siento, pero es un testamento que ya ha sido firmado por Su Majestad el Emperador y notariado por el representante de Dios, por lo que debe cumplirse".

No se sabía por qué la condesa Larestine había hecho tal testamento.

Tal vez fue porque la muerte de su hija, a quien había estado tratando de olvidar, quedó maracada, o podría haber otras razones.

Pero ahora, ¿qué importa?

El testamento de la condesa Larestine era importante, ya que el testamento de la condesa me impedía morir.

Cuando Helena muere, su herencia también se pierde, por lo que el Conde Larestine no tiene más remedio que mantenerme con vida.

“Vive como un ratón muerto.  ¡Si vas por ahí haciendo tonterías...  …  !”

Incliné la cabeza dócilmente frente al Conde que gruñía y amenazaba.

Queda un año para cumplir la mayoría de edad.

Como conde, tuvo que diferir el dinero que podría tener de inmediato hasta un año después, por lo que debe parecer mucho tiempo para impacientarse.

Pero para mí, cada día era un momento tan precioso que lloraba.

Después de la muerte de la Condesa Larestine, mi vida diaria cambió.

Cuando desapareció mi papel de ser el reemplazo de Helena y entretener a la condesa, fue difícil lidiar con eso.

Al haberme convertido en una sustituta que solo ha ocupado espacio porque no se podía tirar, es imposible vivir como en el pasado, cuando la condesa me amaba con creces.

Desde la espaciosa habitación que Helena solía usar durante su vida hasta el polvoriento desván.

El tiempo que tomaba lecciones del tutor era el tiempo que trabajaba como sirvienta.

La cena que comía antes en el comedor con el Conde Larestino y su mujer ahora fue pan duro antes con moho.

Los sirvientes se rieron de mi nuevo entorno, diciendo que caí al abismo en un instante, pero que estaba bien.

Mi cuerpo se sentía incómodo, pero mi mente estaba tranquila.

Pero ese estado confortable no duró mucho.  Fue cuando el Conde Larestine trajo a su amante e hijo ilegítimo a la mansión.

“Oh, ella es esa chica.  La problemática que trajiste para ser tu hija".

La actitud despectiva de la mujer, que fue la amante del conde de Larestine, y ahora su segunda esposa, fue insignificante.

Sus espinosas palabras fueron lo suficientemente torpes como para hacerme reír en comparación con las malas palabras que los dueños de la mansión me habían hecho.

Sin embargo, Glock, que entró en la casa del Conde como hijo ilegítimo del Conde...  …  .

“Tengo una hermanita muy bonita.  Me gusta mucho."

Has convertido mi vida diaria en un infierno.

* * *

Mi situación empeoraba día a día.

El conde Larestine no ocultó su disgusto porque yo estuviera vivo.

No pudo matarme, así que me dejó con vida, así que no le importó invertir ni un solo centavo de dinero para mí.