𓏲 Capítulo 28

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— Vamos, tienes que descansar — susurró, llevándola hasta su habitación — Te dije que no te sobre esfuerces — trató de que no sonara como un regaño, hablándole con voz suave.

— Solo quería hacerte la cena — respondió, su voz empezando a quebrarse — Hace un tiempo que no hago nada para ti.

Dahyun suspiró entristecida, la recostó sobre la cama, quitó sus zapatos y se aseguró de que la habitación no estuviera tan fría para que se sintiera más cómoda. Se sentó en la orilla, acariciando su castaño cabello en silencio sin apartar la mirada de ella.

— No te exijas, sabes que no puedes hacerlo.

— Estoy cansada de que tengas que cuidarme, soy tu madre.

— Por eso lo hago, ¿quién dice que no puedo hacerlo yo por ti? — le sonrió, manteniéndose lo más estable posible — No tienes que preocuparte por nada, y lo sabes, te lo he dicho muchas veces.

— Eres lo mejor que tengo — le dijo, acariciando su mejilla — Estoy tan agradecida con Dios por tener una hija como tú, sé que te lo digo todo el tiempo, pero a pesar de todo, me siento muy feliz de la chica que eres. Me pregunto qué hice para ser tan afortunada — le sonrió, sintiéndose cada vez más cansada.

— Yo no... No soy tan perfecta como crees — agachó la mirada, un tanto avergonzada, llenándose de culpabilidad por todo lo que ella decía sobre ella, porque sabía que no era nada de eso.

— No digas esas cosas — negó con la cabeza — Para mí lo eres... Y estoy segura de que algún día un chico se dará cuenta de eso y vas a formar una hermosa familia, aunque yo no vaya a ser capaz de ver eso...

— Si, mamá, si vas a verme como tanto deseas, no sigas diciéndome que no lo harás — el nudo en su garganta fue un obstáculo para que su voz saliera estable. Tragó fuerte y la miró con dulzura, alejando las lágrimas que sutilmente se acumularon en sus ojos.

Varios segundos pasaron en total silencio, Dahyun sentía que lloraría en cualquier momento, su mamá odiaba verla de esa manera, así que se levantó con la excusa de que iría por sus medicamentos, tratando de escapar de esa sofocante situación. Trataba con todas sus fuerzas de sobrellevarlo, luciendo tan tranquila todo el tiempo con tal de no ser cuestionada, a lo mejor estaba actuando mal, sus amigas no sabían exactamente sobre su situación y tampoco ella tenía la intención de explicarles, solo sabían que estaba enferma, solo que no sabían qué tan mal estaba.

Le dio el medicamento a su madre y salió de nuevo, dirigiéndose a su habitación, cuando estuvo dentro, se recargó sobre la puerta con las lágrimas mojando sus mejillas sin control alguno, se suponía que ya debía estar acostumbrada, pero tener que vivir con el hecho de que su madre enfermaba más con el paso de los días siempre lograba desanimarla cuando llegaba a casa.

Su madre no tenía la culpa de nada, nadie la tenía, las cosas pasan y solo queda aceptarlo, pero Dahyun no podía seguir soportándolo mucho tiempo más, su madre era lo único que le quedaba luego de haber perdido también a su padre. No quería decepcionarla, quería que ella fuera feliz, y confesarle lo de Momo solo haría que ella se pusiera peor, eso la haría llorar, se sentiría decepcionada de ella y lo que menos quería, era darle algo más para que se preocupara o hacerla infeliz.

Se encontraba tan perdida.

Cada vez que estaba con Momo, su mundo volvía a iluminarse, haciéndola sentir querida, como si nada más a su alrededor existiera, con Momo se sentía tan cómoda que olvidaba por completo lo triste que se sentía la mayoría del tiempo, y no compartir esa felicidad con su madre le dolía en lo más profundo de su corazón, porque así como iban las cosas, su madre no lo lograría por mucho tiempo más, y al menos asegurarle que ella tendría la familia que ella tanto deseaba que tuviera, la hacía sentir tranquila, como si eso fuera suficiente para morir en paz.

❝ Forbidden ❞ || MichaengWhere stories live. Discover now