(11) Los Murphy

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Observé la expresión estupefacta de Ann. Ella no se había movido ni para despedirse de su novio, además, Noah ya se había ido a pasar su agonía y vergüenza en su habitación.

Me daba pena su caso, pero mucha gracia a la vez. Es como si todo su teatro se hubiera caído. Desde luego que yo ya sospechaba de ellos, no era natural la forma en la que Ann se sonrojaba cuando estaba con Noah.

Me quisieron ver la cara de estúpida, ¿QUERÍAN SEGUIR ESCONDIENDOMELO? No lo puedo creer, tan pocos días aquí y ya todo se está volviendo un caos.

— ¿No dirás nada? — le pregunté.

— No sé qué decirte — bajo la cabeza.

— Sabes que... no tienes por qué decir nada — me acerqué a ella — ¡Solo te quiero felicitar! ¿Son novios? ¿No? ¿O que son?

— Am... acerca de eso — empezó a rascar su cuello nerviosamente — Aún no le he dicho que seamos algo.

— Pero se gustan, ¿verdad?

— Yo creo que sí...

— Con eso es suficiente. Dale tiempo al tiempo, verás que pronto te pedirá que seas su novia — sonreímos.

Salimos del departamento de los chicos para ir al nuestro. Al entrar, inesperadamente extrañe a Liz, es raro no verla dormida en nuestro sofá, sin embargo, no le dije nada a Ann, no quiero que piense que soy una psicópata o algo, después de decir que odiaba a Liz, pero queriendo que volviera.

Me despedí e ingresé a mi habitación rápidamente. Zeus me recibió con un par de lamidas al sentarme en la cama, era bastante grande. Tenía muy poca edad, pero aun así se veía enorme.

Ahí lo recordé... "Debo llevarlo al veterinario"

Tomé mi teléfono e investigué el que más cerca me quedaba. Para mi suerte, estaba demasiado cerca. Me puse un abrigo para que el frío no me haga desmayar en medio camino. Aquí el invierno te toma desprevenido.

Agarré a Zeus en mis brazos y salí. Ann me preguntó que iba a hacer y le dije que iría al veterinario y me ofreció acompañarme, me negué apenas me lo dijo, no podía permitir que otra persona se enfermara por mi culpa.

Al bajar el edificio, caminé lentamente para observar el hermoso atardecer que se asomaba delante de mí. Había una brisa tranquila, pero friolenta al mismo tiempo.

Al llegar a nuestro destino, escuché a algunos perros ladrar. Zeus se asustó de inmediato e intentó soltarse para poder irse, pero no se lo permití. Entré al pequeño lugar y me topé con una recepcionista que me recibió con una agradable sonrisa.

Se veía bastante joven, tal vez era de la universidad. Juro haberla visto antes, pero no aquí. Era muy bonita y me daba unas vibras muy tranquilas. Tenía el cabello teñido de un rosa bajito y unos ojos grandes y verdes, usaba unos lentes de círculos color dorado y una camiseta de colores, entre ellos el rojo, amarillo, verde y rosa. A un lado tenía una tarjeta que decía "Emily Murphy, (Recepcionista)"

— Hola, soy Emily. ¿Qué necesitas? — me sonrió.

— Soy Nora y vengo para que pongan algunas vacunas a mi Zeus y que le hagan un peinado muy bonito, que esté arreglado.

— Tienes bastante suerte. El veterinario está libre, solo estábamos esperando a la señora Miller para que recoja a sus dos poodles, pero aún demora, como es anciana, debemos esperarla hasta que venga — de la nada se escucharon algunos ladridos — Como ya te habrás dado cuenta, son muy ruidosos. Pero puedes pasar, es por ahí — me señaló una puerta.

— Muchas gracias, Emily — asintió.

Era un lugar acogedor. Todo era de un color entre café muy claro y beige. Había demasiadas plantas y patitas de colores decorando el piso. Afuera del consultorio se encontraba una alfombra para que las mascotas desinfectaran sus patas y no mancharan el lugar de trabajo. Decidí entrar lo más rápido que pude.

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⏰ Última atualização: Jun 06, 2023 ⏰

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