Capítulo 15 [Final].

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Se acercó al cuerpo de Matthew y lo cogió de los tobillos, lo comenzó a arrastrar por el suelo, dejando un camino de sangre que desprendía de su cuello.

—Lo voy a dejar aquí, después de todo son mejores amigos —sonrió con burla—, y los mejores siempre deben de estar juntos.

Y sin decir ni una sola palabra más, dejó el cadáver sin vida de Matthew frente a mí y caminó hasta la puerta. Grité todo lo que pude, pidiéndole que no me dejara aquí lo cual fue en vano porque no se detuvo; cuando llegó a la puerta simplemente me sonrió, apagó las luces y salió cerrando la puerta.

Todo estaba completamente oscuro, tenía que cerrar un poco los ojos para que mi vista lograra enfocar algo; el olor era horrible, además que se mezclaba con el olor a piel quemada que había quedado impregnado en la habitación de la última vez que Henry me trajo aquí.

La horrible escena de la muerte de Matthew se repetía una y otra vez en mi cabeza, y por si fuera poco, iba en cámara lenta, era como si una parte de mí quisiera que viera con mayor detalle cómo había muerto por mi culpa; no podía dejar de llorar, pensaba que si hoy había sido Matthew mañana podrían ser mis padres.

No quería que esto siguiera ocurriendo.

No quería que más gente siguiera muriendo por mi culpa.

[...]

La noche había sido un completo infierno, no había podido dormir ni un segundo y más de una vez se me presentaron unas horribles ganas de vomitar por aquella mezcla de feos olores, además de que también necesitaba ir al baño con urgencia. Veía la silla frente a mí en la que Henry había tenido atado a Matthew y después mis ojos cayeron al suelo en donde se encontraba el rastro de sangre que había dejado su cuerpo muerto al ser arrastrado, de inmediato las feas imágenes de la piel siendo desintegrada por el ácido, la sangre, todo lo que pasó el día de ayer se me vino a la cabeza en forma de flashazos.

La puerta al fin había sido abierta, cerré mis ojos en el momento en que la luz dio en mi rostro pues se habían desacostumbrado a ella. El cuerpo de Henry iba caminando hacia mí con esos pasos decididos que le había visto el día anterior cuando se acercaba a torturar a Matthew.

—Hora de desayunar.

No le contesté y tampoco dije ni una sola palabra en lo que esperaba a ser desatada de la cabeza y manos. Vi la puerta abierta y entonces al sentir mis dos tobillos desatados le di una patada en su entrepierna, en el momento en que vi que se quedó sin aire por el golpe y se tiró al suelo aproveché el momento y salí corriendo.

Esta vez, cuando llegué a la sala no corrí hacia la puerta ya que no quería perder tiempo como la vez anterior así que corrí a la cocina, había una ventana y encima de la barra de la cocina un cuchillo; entonces lo tomé y lo arrojé al vidrio que en segundos se hizo pedazos. El sonido de una puerta cerrándose fue el que me dio la indicación de que si no me iba en ese momento Henry me atraparía de nuevo.

—¡Lauren! ¡Ven aquí! —gritó Henry desde el pasillo.

Mi corazón se aceleró, traté de no entrar en pánico. Sabía que no podía cometer errores porque si lo hacía Henry me atraparía, así que decidida crucé la ventana; pequeños cortes aparecieron en mi piel ya que los pequeños trozos de vidrio que habían quedado en la ventana lograron rozarme. No sentí dolor, debió haber sido por la adrenalina que corría por mi cuerpo.

En el momento en que mis pies tocaron la tierra me sentí libre, el aire fresco del bosque dándome en el rostro y aunque por un momento me quería quedar ahí para apreciar mejor la belleza del bosque sabía que en estas circunstancias me sería muy imposible, pues estaba escapando para evitar ser encerrada nuevamente en aquél agujero. Por un momento mis piernas flaquearon, amenazando con doblarse haciéndome terminar en el suelo; pero me mantuve fuerte y con decisión comencé a correr, a correr tan rápido como me fue posible.

31 Días [COMPLETADA ✔]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora