dieciocho

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"Llegué a casa llorando y deseando que la madre luna te eliminase de la faz de la tierra, con la cabeza podrida de rabia y posiblemente mi Omega estaba escondido de mí y de la tristeza que quería consumirme. Creo que fue mi Omega el que me hizo sentarme a pensar en la orilla de mi cama lo que de verdad ocurría.

Es verdad, puede que me haya alterado un poco y que el sentimentalismo de los meses anteriores hiciese mella para creer que el amor es lo más preciado para mi, de la misma forma quise creer que este amor que yo tanto adoraba, también era una pieza lábil y frágil que se fragmentaría si alguien intervenía. En este caso, estaba cegado en un mundo perfecto y que me dijesen algo así en mi mejor momento, no correspondía.

Te juro que antes de razonarlo fríamente, mi subconsciente me decía que era cierto y que había muchas papeletas para que esa dichosa apuesta fuese un hecho verdadero.

Y luego, este Omega que tanto daño ha aguantado, fue el que me advirtió todo.

Ya llevábamos casi dos años siendo novios y se dice muy fácil pero en esos meses pude ver a una persona real que se mostraba sin tapujos, un Alfa que a base de tiernas acciones fue uniendo las piezas de mi corazón hasta quedarse atrapado en él. No fui capaz de imaginar nuestra relación cómo una obra de teatro montada por una apuesta, lo que teníamos era muy real como para disimularlo.

Cada recuerdo de nuestros primeros años son los más bellos que puedo yo guardar.

Ese mismo día te pedí perdón entre lágrimas, te supliqué que no me dejases por pensar cosas malas de ti e hice que te sintieras mal cuando te dije lo que había pasado. Sin embargo no te molestaste, me acogiste entre tus brazos y besaste mis mejillas, acariciaste mi rostro y te deshiciste de las lágrimas, me hiciste sentir seguro en un caos que quería destrozarme.

Recuerdo... recuerdo que solías jugar con mis dedos, diciendo que en el futuro llevaríamos sortijas doradas de matrimonio, también acariciabas mi cuello y te escondías allí, murmurando que querías marcarme como tu Omega... también mencionaste los cachorros, te recostabas en mi vientre y decías entre murmullos que tendríamos una familia pequeña, una con dos bebés.

Ahora tenemos uno.

Bueno, tienes a nuestro cachorro. Tienes en tu poder la pieza más grande que compone mi corazón, la más frágil y hermosa, la que sin duda me hace falta para ser feliz.

Quisiera acercarme a tu departamento, revivir los recuerdos de aquellas calles, pasear por donde lo hacíamos, comer en la cafetería de siempre, ir al parque de siempre, sentarme en el portal de tu edificio como la vez que quise volver contigo, quisiera volver a verte.

Deseo verte una vez más.

Por favor... quiero escuchar de tus labios que en verdad no me amas, que nuestro amor no fue enterrado por mis malas decisiones, anhelo pedirte perdón y recuperar lo que siempre fue nuestro"

iridiscente | kooktaeحيث تعيش القصص. اكتشف الآن