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¡Cuidado! Alguien vigila en las sombras

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En el taller la situación era muy mala. Tanto Mikey como Akkun estaban muy tensos y a punto de golpearse, las feromonas eran casi imposible de soportar. Sin duda cada uno de los alfas querían marcar territorio e intimidar a su contrincante. 

Mikey realmente no quería llegar a los golpes, pero si el otro alfa lo desafiaba él iba a responder, no podía quedarse así como si nada cuando se veía amenazado por otra persona. 

-¡Mikey es suficiente!. ¡Contrólate!- Shinichiro se metió entre los dos alfas para parar la "pelea" antes de que esta se descontrolara y realmente se fueran a los golpes. - ¡Están alterando a Inupi!- 

Mikey regresó su mirada hasta el Omega quien parecía realmente afectado por las feromonas que habían soltado ambos alfas. Inupi temblaba mientras se abrazaba a si mismo, Ken estaba al lado del Omega abrazándolo para que el chico se pudiera relajar.

Cuando Mikey notó el estado de Inupi se relajó rápidamente, dejando de soltar feromonas, algo que Akkun también hizo por consideración del Omega presente. 

Cuando las feromonas se dispersaron. Mikey pudo notar que Ken había soltado sus feromonas también para poder hacer una barrera alrededor de Inupi y que no le afectaran tanto las feromonas. Esto lo hizo sentir muy mal, después de todo había lastimado a un Omega embarazado. 

-Perdón, ya me calme- Mikey pudo notar como Shinichiro también se relajó antes de suspirar. 

-Ken lleva a Inupi a descansar, Baji, tú también sal a tomar aire y ustedes dos deben hablar afuera- Todos acataron las órdenes del mayor, aunque antes de que Mikey saliera Shinichiro lo detuvo- Arregla todo esto o perderás a Takemichi- Mikey era consciente de esto pero escucharlo de su hermano lo hacía mucho más real.

Tenía que solucionar esto.

Cuando ambos alfas salieron del taller Ken ayudó a Inupi a caminar, y es que el Omega seguía muy alterado por todo lo sucedido, lo guio lentamente hasta la habitación para que pudiera recostarse.

Inupi se recostó apenas llegaron a la habitación, el pobre chico seguía temblando y se aferraba a la chaqueta que Ken le había puesto antes. Esto, aunque sonara feo, alegraba mucho al alfa y es que este pequeño acto significaba que Inupi no se sentía incómodo o asqueado con sus feromonas, cosa que podía suceder con un Omega embarazado. 

Y es que durante un embarazo el Omega tendía a ser un poco más sensible a los aromas y solo se sentía cómodo con su propio alfa, pero si consideraba que Inupi no tenía alfa, pues el idiota que lo embarazó no lo había marcado y solo lo había utilizado para el sexo, no se le hacía raro que no le moleste las feromonas.

-¿Te sientes mejor?- 

-Si tranquilo. Muchas gracias por todo Ken- Inupi parecía muy inquieto aún y Ken supuso que era porque aún sentía las feromonas amenazantes.

Ken empezó a acariciar la cabeza del chico para poder reconfortar un poco a Inupi. Se sintió feliz cuando el Omega no rechazó su caricia y, es más, Inupi tomó su mano para guiarla al rostro.

Sin decir una palabra Ken empezó a acariciar suavemente el rostro del chico, Inupi parecía muy cómodo con las caricias y la verdad se estaba relajando, siempre se relajaba cuando está cerca de Ken.

-¿Te quedas hasta que me duerma?- Inupi se sintió un poco avergonzado y estuvo a punto de retirar sus palabras pero al ver cómo Ken asentía y dejaba un beso en su frente, solo sonrió.

Luz en la oscuridad - |Tokyo Revengers|Donde viven las historias. Descúbrelo ahora