𝐜𝐮𝐚𝐭𝐫𝐨

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Una mirada.

Gruñí. No podía desajustarme del agarre de Reiner, me tenía acorralada. Intentaba de removerme, pero Reiner estaba utilizando toda su resistencia en contra mía. Su brazo apretaba mi cuello, por lo cual no podía respirar, mientras que su otro brazo le daba más presión. El sol estaba bastante intenso, empezaba a sentir mi frente sudorosa, incluso todo mi cuerpo. Los flequillos se me pegaban en la mejilla, lo único que quería era tirarme un balde de agua fría encima. Mis pies estaban removiéndose del suelo rocoso, lo que provocaría una caída y que él cayera. Los demás estaban también muy enfocados en sus entrenamientos de combates cuerpo a cuerpo, pero los que no, miraban con entusiasmo quien se nosotros dos caería. Aunque, tenía una desventaja. Reiner medía unos veinte centímetros más que yo, mientras que yo media tres centímetros más que Armin. Había un espacio hueco entre mi cuello, y el suelo. Respire hondo, muy hondo. Dejando toda mi fuerza en los talones de mis pies, para apretar mis labios mientras me inclinaba hacia adelante. Lleve mis manos a sus brazos y con brusquedad, incliné todo su cuerpo adelante hasta que cayó fuertemente en el suelo. Sujetaba su brazo con precisión, la cual estaba levantada y caía en mi pecho, hasta que mi pie apretó con fuerza el suyo, haciéndole presión.

—¡Oh, lo ha tumbado!—exclamaba Marco junto a Jean, ambos observaban al igual que Eren y Armin, mientras que Reiner me miraba impresionado y sonriente.

—¡Vamos Ainara, demuéstrale quien manda!—pedía Eren, sin duda, él era quien más disfrutaba ver los combates cuerpo a cuerpo.

—Esto aún no acaba.—indicó Reiner, sacándose de mi agarre con mucha facilidad.

Los meses continuaban pasando. Culminaría un año, no sabía con exactitud mi determinación, pero el instructor no parecía reprenderme como a los demás que han logrado equivocarse. Hemos tenido pruebas arduas, pruebas muy arduas, pero aún así, todos empezábamos a formalizarnos como equipos, a pesar de que no nos lleváramos todos de la misma manera. Esquive ese golpe de Reiner, se levantó en cuanto me distancié de él. Reiner tenía una fuerza y capacidad ejemplar, un liderazgo que valoraba y admiraba. De hecho, siempre era opción, pero prefería hacer equipo de él. No solo por la confianza ganada este tiempo, Reiner te alentaba como quizás alguien de estos chicos no lo haría. Baje mi altura, de reojo observe a Eren en cuanto pase por su lado, esquivando un nuevo agarre de Reiner. Este era impulsivo, su actitud no era la adecuada, pero era muy perseverante en lo que quería. Me aplaudía, esperando que lograra abatir a Reiner como él lo hizo. Eren era una buena compañía, a pesar de que fuera a veces tan estresante, había pasado por mucho, la mayoría aquí, no había vivido lo que él sí. Me sobresalte, Reiner venía hacia mi, así que endurecí mi nudillo en cuanto lo cerré y me enfoqué en estrecharlo para golpear su rostro fuertemente, pero abrí mis ojos cuando no vi venir su movimiento y mi nudillo desplegó en la nariz de Armin, quien yacía charlando con Marco.

—Au... —él cayó reventado al suelo, lo cual avergonzada mire como su nariz empezaba a derramar aquel líquido rojizo que intentó detener con su mano.

—¿Armin, estás bien?—le preguntó Eren llegando a su lado, mientras que Reiner pasó por el mío, palmeando mi espalda para que no me preocupara.

—Si, fue, ese fue un buen golpe, Ainara.—me halago, pero estaba muy apenada como para disculparme, así que solo baje la cabeza.

—¡Vamos Eren, ya descansaste!—observe cómo Eren abrió sus ojos, denegando el que Reiner nuevamente lo invitara a combatir.—No es una opción, vamos.—le insistía, por lo cual Eren se levantó del suelo.

𝐎𝐂𝐄𝐀𝐍──𝐀𝐫𝐦𝐢𝐧 𝐀𝐫𝐥𝐞𝐫𝐭 Hikayelerin yaşadığı yer. Şimdi keşfedin