"Amistad" (5x19)

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Príncipe Mehmed.

Dejo detrás a la concubina que acaba de anunciar a Yigit y me dirijo velozmente a mis Aposentos.

Cierro las puertas tras de mí.

¿Yigit? —Pregunto al no verlo. Se asoma desde el balcón y me acerco. –Ah, vamos dime, ¿Qué sucedió?

–Príncipe, no va a creerme. —Dice nervioso de pie junto a Ruzgar.

   –Hola Ruzgar, ¿Qué haces aquí? —Lo saludo.

   –Eren regresó al Cuartel y me contó lo que Yigit haría, no quise dejarlo solo. —Responde.

Les suplico que cuiden cómo hablan sobre estos asuntos, confío en ustedes, en todos, pero alguien más puede escucharlos.

   –Príncipe, no me creerá lo sucedido. —Habla Yigit.

Pero por Alá, sólo dilo. —Lo presiono.

–La Sultana Safiye no fue. —Dice serio. Aprieto las cejas y él continúa hablando. –Le hice creer que el supuesto Aga que ella envió había tenido un percance y que me pidió que fuese a darle las noticias a ella, y claro, no comprendió de qué hablaba, y cuando le dije del envenenamiento de Tarkan, se levantó furiosa y casi me golpea, dijo que cómo se me ocurría inculparle de algo así cuando ella ya ni tesoro tenía y que ha estado tranquila todo este tiempo, y ordenó a los Agas de la puerta que me encarcelaran, justo en eso llegó Ruzgar, golpeamos a los guardias y huimos de ahí.

Pestañeo en silencio un par de veces analizando la situación. Quiere decir que ni Safiye, ni Halime, y tampoco Dilruba fue.

Si alguna de ellas lo hubiera hecho pienso que ya las hubiéramos descubierto, son de malas intenciones pero siempre son sorprendidas en el acto. Ya es costumbre.

Dilruba casi logra la muerte de Iskender y que yo me quitase la vida, Safiye atacó a la familia de Iskender, y por Halime, casi ejecutan a mis hermanos y a mí. Y lamentablemente no podemos hacer más que dejarlas plantadas viviendo en el Antiguo Palacio, sin riquezas y humilladas, a pesar que si de mí dependiera, las hubiera asesinado hace mucho, pero hacerle eso a tres Sultanas, sería muy arriesgado, demasiado.

Debo agradecerte enormemente esto que han hecho chicos, Ruzgar, Yigit. —Me acerco a ambos y sonrío. –Han sido muy buenos conmigo y con Tarkan.

–Es nada Príncipe, lo hago con gusto. —Baja la mirada nervioso. –Es para mí un agrado estar aquí.

–¿Por qué te intimidas de pronto?
Digo eso logrando que nuevamente levante la vista y me ve a los ojos sonriendo. –Así está mejor, escucha, voy a darte algo, y yo espero que no te moleste que lo haga, por que pienso, que es lo que quieres.

–¿De qué se trata Príncipe? —Dice aún viéndome a los ojos. –Estoy nervioso.

–Créeme que lo noto, ya cálmate, solo espero que no lo rechaces. —Digo inclinado hacia un lado. Él cierra sus ojos y lame sus labios un poco.

Cuando es evidente que está moviéndose hacia adelante, con los ojos cerrados y los labios húmedos, hago sonar la bolsa con monedas de oro para llamar su atención. Abre sus ojos y se distancia.

¡Príncipe! ¡Por Alá! —Se voltea avergonzado.
¡No puede ser!

La risa de Ruzgar llena el Aposento de ruido.

–Vamos Yigit, no pasa nada. —Digo riéndo. –Ya regresa. —Lo sigo hasta el balcón con Ruzgar detrás.

Príncipe yo lo siento mucho, no es lo que cree, es solo que pensé que me iba a besar.

Príncipe Mehmed. (Gay)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora