Diecisiete

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Cuando Félix fue a recogerlo a la mañana siguiente, Yixing estaba con él. Aquello no fue muy grato. JunMyeon trató de no demostrarlo, sin mucho éxito.

—Sorprendido, ¿verdad? —señaló Yixing resentido por su reacción—. Qué estúpido, pensé que te alegrarías de verme.

—Y me alegro, por supuesto. —contestó JunMyeon suspirando sin mucha convicción—. ¿Has tenido un buen viaje?

—¡Ah, entonces te habías dado cuenta! —exclamo con una sonrisa.

—¿Darme cuenta de qué? —cuestiono JunMyeon confundido.

—De que he estado fuera. —replicó Yixing dirigiéndose entonces a Félix—. Pon en marcha este trasto, ¿quieres?

—Sé que has estado en Las Vegas, el joven Zitao mencionó algo sobre un torneo de golf. —respondió JunMyeon sin mucho interés.

—¡El joven Zitao! —repitió Yixing enfadado—. ¡Por el amor de Dios, JunMyeon!, ¿aún sigues llamándolo así? Su nombre es Tao.

—Bien. —contestó JunMyeon negándose a discutir sobre ese tema.

—De todos modos, supongo que sigues trabajando en la biografía. —comento Yixing con aires de grandeza—. Me sorprende que todavía que ustedes dos no se hayan tirado el uno al cuello del otro.

—¿Por ti? —preguntó JunMyeon con más ironía de la que hubiera deseado, provocando en Yixing la reacción que había querido evitar.

—¿Y por qué no? —cuestiono con orgullo—. No me has convencido, ¿sabes? No has venido aquí sólo para escribir un libro, algo te ronda por la mente.

—Piensa lo que quieras Yixing. —suspiró JunMyeon mirando por la ventana.

—¡Ah conejito...! —exclamó Yixing en un tono por completo diferente—. Sé que me desprecias por haberme dejado arrastrar a esta situación, pero por favor, ten un poco de lástima. Necesito tu apoyo.

—Yo no te desprecio, me gustaría que fuéramos amigos. —oferto JunMyeon con seriedad.

—¡Amigos! —inquirió escéptico—. ¿Como Luhan y SeHun?

—No sé qué... qué tipo de amistad tienen Luhan y SeHun, me refería a...

—¡Bueno, a mí también me gustaría que fuésemos amigos en ese sentido! —exclamó Yixing irónico—. Así estaríamos juntos.

—No creo que...

JunMyeon se interrumpió. No tenía ganas de darle explicaciones. Sin embargo, Yixing no lo iba a dejar pasar.

—¿Que no crees qué? —exigió saber Yixing volviéndose hacia JunMyeon—. ¿Qué SeHun y mi esposo tengan una aventura? Dame un respiro, JunMyeon. Tengo pruebas.

—¿Pruebas? —repitió JunMyeon tragando grueso y sintiéndose desilusionado.

—Sí, pruebas. —afirmó Yixing con prepotencia—. Y Luhan lo sabe.

—Bueno, entonces...

—¿Es que acaso cambia eso en algo las cosas? —preguntó Yixing impaciente.

—¿Las cosas? ¿Qué cosas? —cuestiono JunMyeon sintiéndose perdido en la situación.

—Tú y yo, por supuesto. Nosotros. —añadió Yixing agarrando su mano aprisa sin que JunMyeon pudiera evitarlo y llevándoselo a los labios—. Te quiero, JunMyeon.

—¡No digas eso! —exclamó JunMyeon soltándose y mirando a Félix—. Yixing, por favor, no hay nosotros, y tú lo sabes.

—No puedo aceptarlo, me niego. —declaró Yixing con amargura—. El problema es que no te he dado el tiempo suficiente.

Dulce Venganza-SEHOWhere stories live. Discover now